Responsables en el proceso formativo de la escuela

Responsables en el proceso formativo de la escuela

Ser maestro o maestra, orientador o director de una escuela, representa un gran reto por la elevada responsabilidad que conlleva educar a una persona desde los primeros años de su vida y contribuir a su desarrollo personal e intelectual.

Es importante destacar que el papel del orientador hoy en día es clave, se aprecia cada vez más como un factor de «integración» muy importante ya no sólo desde el punto de vista educativo, sino también en el ámbito social para diagnosticar, prevenir e intervenir.

El Orientador es un puente que comunica ámbitos, agentes y actores de la educación; genera enlaces entre el establecimiento y la familia; entre los alumnos y los profesores; entre los alumnos y su propia identidad.

Hoy, se presentan diversos escenarios que hacen converger en sinergia contextual e histórica, la necesidad de un docente con alta sensibilidad humana que dirija su praxis profesional hacia el logro de un ser humano que, entre otras cosas, se conozca a sí mismo, sea capaz de tomar decisiones acertadas, que desarrolle habilidades para la vida a través de proyectos personales adecuados y que sepa convivir en armonía con los demás.

La orientación escolar es un proceso de ayuda a un alumno para que sea capaz de resolver los problemas de su vida académica, como por ejemplo las dificultades a lo largo del proceso de aprendizaje, poca concentración o ausencia de automotivación para el aprendizaje.

Es por esto, que el trabajo del orientador tiene una incidencia personal en la vida de los estudiantes y una importancia relevante en el proceso formativo de la escuela, por lo cual en el día de hoy los homenajeamos por su ardua labor.

La Orientación, desde que vio la luz como disciplina independiente a comienzos del siglo pasado, se ha ido desarrollando y fortaleciendo en distintos ámbitos. Hoy en día se solicita al Orientador para temas personales, escolares, o familiares que van más allá de las funciones tradicionales de apoyo vocacional. Esto no es extraño, si se piensa que la labor del Orientador debe ser lo suficientemente dinámica como para entender la rapidez de los procesos de cambio de la sociedad y ser capaz de hacer comprensibles estos cambios a la comunidad educativa formada por Alumnos, Docentes y Apoderados.

Esta nueva dimensión de la orientación, abarca a toda la comunidad educativa, así como a todo el entorno comunitario inmediato con la intención de dotar a la orientación de una auténtica dimensión funcional y un verdadero carácter de orientación para la vida.

¡Orientadores escolares, Felicidades en su día!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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