Responso por Adriano Román 2 de 2

Responso por Adriano Román 2 de 2

Ubi Rivas.

Sostengo que nunca soy enemigo de nadie, sino de conductas, y esa fue mi filosofía con Adriano Román, extrapolada a varios criminales de la Era Balaguer de los famosos Doce años con quienes trabé migas, porque cada quien es dueño de su conciencia y proceder, y nadie puede delegar su conciencia y proceder en otra persona.
Cuando Adriano Román propinó una paliza salvaje a su exesposa Miguelina Llaverías, el 20-12-77, con la que concibió cuatro hijos, Adriano Miguel, Narciso, Julia y Miguelina (Grillin), publiqué un artículo en El Sol abominando su conducta, distanciándonos varios años, reconciliándonos nuestro mutuo hermano afectivo Luis Fernando Arzeno Plá (Nanando), q.e.p.d.
Adriano Román siempre me procuró desde la casa de mis padres, conduciendo su bicicleta Peugeot y un gorro de la Academia Militar de Valley Force, Nueva York, donde hizo algunos cursos de primaria que completó en el Instituto Iberia y secundaria en el liceo Ulises Francisco Espaillat.
Dos años antes de finalizar la Era de Trujillo, Adriano marchó a Madrid a estudiar economía, iniciándose en el uso de marihuana que potenció a sicotrópicos peligrosos que dañaron sus neuronas, alterando su conducta, inicialmente díscola que su padre no logró controlar, valiéndose para esos fines de su primo don Ernesto Bordas.
Don Narciso Román era hijo natural de don Aquiles Bermúdez Rochet, hijo de don Erasmo Bermúdez Jiménez, venezolano patriarca de la familia Bermúdez, y de doña Asia Román, y su esposa doña Inés Román, hija reconocida del sacerdote Rafael Román.
Adriano Román nació en la casona de su padre frente al Ayuntamiento, propiedad que se extendía hasta la carretera Luperón, y en esa finca maroteábamos mangos, limoncillos y cajuiles.
Yavé juzgará, inapelable, a Adriano Román conforme a sus procederes.

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