Responso por el padre Alemán

Responso por el padre Alemán

UBI RIVAS
Apenas si le vi en una sola ocasión, nunca disfruté del privilegio de conocerle, conciabular con él, aprovecharme de saturar mis abismos de interrogaciones ora en economía, ora en literatura, ora en historia religiosa, en todo lo cual José Luis Alemán, sacerdote jesuita, profundo economista, era un erudito.

Ese portento humano nos acaba de dejar 79 años de edad, en una fecha tan referencial y emblemática como Nochebuena, diciembre 24, que la tradición católica señala como el nacimiento de Jesucristo, El Mesías, en la aldea de Belén, Palestina, hace ya 2007 años.

Profesor Emeritus de la PUCMM desde el 17-12-93, donde inició la docencia en 1968 en economía, su fuerte, prueba que publicó siete libros sobre esa asignatura, con las que nos deleitaba a todos cada viernes en su colaboración en HOY.

De seguro que la Fundación Corripio, que le concedió la distinción de premiarlo el 18 de este mes mientras convalecía en un centro de salud de Santiago de los Caballeros, que escogió como su sede para residir, en Gurabo, aquejado de cáncer de páncreas, sufrimientos que soportó como un estoico jesuita y un hombre de temple de criptonita.

Sencillo, extrovertido, humorista, elocuente, rasgo muy sui generis en los genios, en los grandes especímenes humanos, en los egregios paradigmas de la especie, el padre Alemán, oriundo de México, disponía de un curriculum que en la expresión dominicana, «no lo saltaba un chivo asustado».

Estudios filosóficos en la Universidad de Comillas, España, pero primero cursó sus estudios regulares en el exclusivo colegio de Belén de La Habana, donde estudió el comandante Fidel Castro, y luego se recibió en Lengua Clásica en la Universidad de Salamanca, donde se asegura que impera el criterio de que «Lo que natura no da, Salamanca no lo presta». Deduzca el lector el resto.

Egresado doctor en Economía en la Universidad de Frankfurt, Alemania, en 1966, al ingresar al país se integró a difundir su saber, que compartió y explayó a todos, dirigiendo el Centro de Información y Acción Social y la revista de Estudios Sociales de la PUCMM, algunos de cuyos ejemplares conservo y que nunca debieron interrumpir sus ediciones.

Otra cumbre del pensamiento, la bonhomía, el saber difundido y plasmado en crónicas sabatinas en Listín Diario, el padre Francisco José Arnaiz, pronunció la oración fúnebre de su múltiple colega el padre Alemán, en la iglesia de Manresa, sede de la Compañía de Jesús, donde en su cementerio privado fueron depositados los restos mortales del grande religioso, economista y ser humano inolvidable.

Congregados en tan triste ocasión un grupo de intelectuales, el padre Arnaiz, hombre de talento y cultura singulares, resaltó un tramo breve de las gemas personales de José Luis Alemán, consignando el arraigo emotivo del ilustre muerto por nuestro país, por mi Santiago, al no aceptar sendas ofertas formuladas por el Superior de los Jesuitas, padre Pedro Arrupe, y también la Universidad Gregoriana de Roma, principal institución docente de la Iglesia Católica.

Idéntico a los grandes talentos, el padre Alemán hacía mofas de sí mismo, como apuntó el padre Arnaiz al resaltar que «era mucho más fino y hondo que lo que se empeñaba en parecer».

«En el reparto inicial el Señor de la Hacienda (Jehová) a tí te dio cinco talentos y tu responsablemente los hiciste fructificar al máximo. De este modo no dudes decirle al Iustus Iudex lo del evangelio: Señor, cinco talentos me diste, aquí tienes otros cinco», expresó el padre Arnaiz.

En realidad, fueron más de cinco, se multiplicaron y se difundieron en su saber como las aves siembran al voleo las especies vegetales ora en a cátedra nutricia, ora en la obra de consulta, ora en la suculencia de artículos en HOY.

Paz a los restos de un espécimen humano paradigmático. Siempreviva a la memoria de José Luis Alemán, por siempre.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas