El mayor general® FAD, Elías Wessin y Wessin, fallecido el 18 del presente mes de abril, ha sido el militar que concentró mayor poder en el país luego del generalísimo Rafael Leonidas Trujillo.

Su denso fanatismo religioso y la ausencia total de experiencia política le enfrentó con el primer gobierno constitucional de vocación popular luego de los tiros redentores del 30-05-61 que presidió Juan Bosch, y los políticos frustrados de Unión Cívica Nacional conocieron de sus fallas y lo usaron para malograr el ensayo político más luminoso del siglo XX dominicano.

Precisamente un día como hoy, en 1965, se produce la segunda afrentosa intervención militar de los Estados Unidos en nuestro país, porque nadie logró empinarse sobre los acontecimientos y fulgurar en la historia, superando la estulticia marrullera de los “cívicos”, versus el regresionismo histórico que fue “el retorno de Juan Bosch sin elecciones”.

Sin parar en mientes que el consentimiento del presidente John Fitzgerald Kennedy para derrocar al presidente Bosch, y todos los argumentos que le arracimaron al inquilino de la Oficina Oval del Potomac, estaban intactos. La “Guerra Fría”.

Que los halcones de Thomas Mann, Robert S. MacNamara y MacGeorge Bundy, eran constantes parroquianos de la Casa Blanca, por sobre los liberales de Arthur M. Schesinguer Jr., Theodore Sorensen y la sombra omnipresente luminosa del gran Emancipador que pronunció la oración de Gettysburg, del “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparecerá jamás de la faz de la tierra”.

No obstante los excesos con que las tropas del todopoderoso CEFA maltrataron al pueblo en armas en una guerra fratricida que nunca debió ser mi permitirse, las crueldades confirmadas por la OEA, ni la corrupción, lograron chamuscar la reputación personal del general Wessin y Wessin, legado para militares, civiles, propios extraños.

Descanse en paz, general Wessin.