El día cinco del mes que comienza el año 2014, quienes quisieron y admiramos a Fernando Ureña Rib procedimos a acompañarlo hasta su última morada, en una soleada tarde invernal en el cementerio Puerta del Cielo, donde nos congregamos junto a sus familiares, quienes ponderamos su calidad de artista plástico, escritor y poeta, de sonrisa de niño y rostro de aurora.

Fernando Ureña Rib falleció el 27 de diciembre último en Berlín, de fibrosis quística, un quebranto que la ciencia aún no ha podido identificar cómo surge ni tampoco superarlo.

Fernando Ureña Rib, oriundo de La Romana, donde nació el 21-04-1951, es decir, que al abandonar el plano físico contaba con 62 años, egresó de la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1968, obteniendo graduación en dibujo, siendo uno de los discípulos más conspicuos del maestro Jaime Colson, con la diferencia de que nunca fue comunista.

Fernando Ureña Rib en realidad inició sus estudios plásticos en la Escuela de Bellas Artes de SFM en 1963, donde se recibió de bachiller en Filosofía y Letras y estudió idiomas en la UASD, dominando inglés, francés, alemán e italiano. Dirigió la Escuela de Artes de APEC y presidió el Colegio Dominicano de Artistas Plásticos.

Transmitió su caudalosa sensibilidad no solo en la paleta, que hoy pincela una antología en sepia, sino que la transmutó en la literatura, escribiendo los libros Decir la piel, o las discretas orgías del silencio, Fábulas urbanas, Del olor de las yeguas y Las cuatro patas del diablo, además de exitoso ensayista y crítico de arte, colaborando en varios diarios.

Los más reputados críticos de arte, que valoraron su calidad artística, se invisibilizaron en acompañarlo a su última morada y lo propio sus colegas…