Responso por Hatuey

Responso por Hatuey

La cuestión básica del proyecto de vivir se define al concluir y evaluar el resultado de cómo actuamos ante el prójimo, que es donde se analiza cómo aprovechamos la ocasión única que nos concedió Jehová para añadir felicidad y fichar un legado hermoso.
En lo personal, Hatuey De Camps fue gran padre en la versión de su cuarta esposa Dominique Bludhorn; también en la versión de sus diez hijos; para algunos afectos cercanos un gran amigo, y en el universo político, un guayacán enhiesto y pétreo, que no transigió con sus creencias fundidas en principios, el pendón de la no reelección, una de sus referencias luminosas.
No obstante su indómito espíritu impositivo, autoritario y prepotente, Hatuey De Camps fue un ardoroso e indeclinable heraldo y cultor postulante de la democracia, ante cuyos fundamentos se inclinó reverente y honró, y defendió a brazo partido y contra el despotismo ilustrado de los sangrientos Doce Años del etnarca Joaquín Balaguer, primero en el protagonismo estudiantil de la UASD exigiendo aumentar el presupuesto.
Lideró la trova que llevó a la presidencia al doctor Salvador Jorge Blanco, y chocó frontal, como las divisiones blindadas del mariscal Montgomery frente al Afrika Corps del general Ervin Rommel en la batalla de El Alamein, al enfrentar el proyecto siempre proditorio de la reelección del presidente Hipólito Mejía, que dispuso la infeliz decisión de expulsarlo del PRD al que contribuyó más que él, y al que no le asistió la iniciativa noble de reintegrarlo y catapultarlo presidente del partido que más cuotas históricas ha aportado a la democracia dominicana.
Ahora que Hatuey se ha desmaterializado, es la ocasión propicia para exaltar su irrenunciable principio anti reeleccionista, y ahorrar posibles tragedias venideras terribles al país.

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