Responso por José Rafael Abinader

Responso por José Rafael Abinader

Ubi Rivas.

Con la desmaterialización, no la muerte definitiva, ocurrida el cuatro del presente mes de José Rafael Abinader Wassaf, el país no pierde a una figura paradigmática, sino que gana y afirma un ícono del emprenderurismo, la honestidad pública y privada, la eficiencia y referencia especialmente para el conturbado y desacreditado mundo político.
Las notas periodísticas relacionadas con el deceso de José Rafael Abinader Wassaf inventariaron sus desempeños públicos, empero, el escenario donde más descolló e imprime marca y sendero a establecer y trillar, resultó el concerniente a la educación, donde fue un coloso emprendedor fundando la Universidad OyM, donde han egresado más de 60 mil profesionales de recursos angostos, que José Rafael apoyó siempre, en retribución a como lo apoyó el rector magnífico de la UASD, Rafael F. Bonnelly, al aceptar su inscripción pagando la mitad de RD$l00, porque José Rafael no disponía del total.
Escalando las jaldas esforzadas y jadeantes hacia las cimas en el desempeño público pulquérrimo y en las jornadas esparcidoras de luz y sembradoras de cimientes, este espécimen espléndido de padres libaneses, ciertamente que al desmaterializarse, que es cuando la sentencia bíblica incoa el improntu de los hombres, José Rafael inclina todo el fiel de la balanza de Temis en lo más alto de la condición humana. Compartí amistad con José Rafael desde los tiempos difíciles de la guerra de abril en su oficina de la calle Arzobispo Nouel frente a la oficina de Brugal, junto a su socio Alexander Sagalowitz, hasta hace pocos meses cuando acudí a su peña de los jueves en su residencia.
José Rafael se desmaterializó, pero su improntus paradigmático, revolotea en referencias superlativas y modélicas.
Su grande y eterno legado. Paz, y trillar su memoria. Se fue la materia. Pero queda su espíritu conductor.

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