Responso por Robert Strange MacNamara

Responso por Robert Strange MacNamara

Robert Strange MacNamara, quien como ningún otro norteamericano dirigió el Pentágono (1961-1968) rindió su tributo al Padre Alto el día seis del presente mes de julio, a los 93 años de edad en su residencia de Washington, D. C.

Con un “loock” de raya de separación del pelo de su cabeza al estilo de James Cagney, el famoso actor de los films de gangsterismo enérgico y pirofórico, Robert Strange MacNamara se recuerda de manera indeleble en la memoria de los vietnamitas como el hombre que profundizó los bombardeos de saturación tanto en Vietnam como en Camboya, en la censurable guerra de agresión de su país contra un pueblo de campesinos pobres, mal nutridos y descalzos.

MacNamara planeó la concepción luciferia de las Aldeas Estratégicas, un imposible para detener el arrolador curso de la guerra del Vietcong, un apócope despectivo que intentó disminuir el prestigio de las aguerridas fuerzas militares que planificó el inolvidable Ho Chi-ming, y aislar al pueblo vietnamita de sus defensores natos.

Con el respaldo inequívoco de un hombre visceral del “stablishment” como lo fue el presidente Richard Nixon, MacNamara dispuso minar el golfo de Tonkín, provocando daños severos a ese pequeño país del extremo asiático.

Al concluir su rol como titular del Pentágono, MacNamara fue designado por el presidente Nixon como presidente del Banco Mundial, donde evidentemente demostró un acto de constricción a las barbaries que implementó contra el pueblo vietnamita, concediendo préstamos rápidos a los países del mundo subdesarrollados o irredentos, con el propósito de mejorar sus desventuras y penurias.

Lo importante en el breve curso de la existencia que llamamos vida no es como se comienza ni el intermedio, sino cómo se termina, y la Biblia expresa que la muerte es el salario del pecado, aunque NacNamara fue un típico criminal de guerra, paz a sus restos, y que su accionar lúgubre no intente reeditarlo nunca el imperio.

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