Respuestas pendientes

Respuestas pendientes

En la despedida de cada año es difícil evitar hacer un balance de pros y contras de una gestión cualquiera, y el 2014 no podría ser la excepción, pues en la marcha hacia su caducidad deja un rastro de incógnitas importantes para las que la autoridad no tiene respuestas precisas y concluyentes. No las tiene para el audaz asalto a la cárcel de Najayo Hombres, que dejó seis muertos, dos de ellos representantes de la autoridad. Los autores de esa osadía andan sueltos y el caso sigue en un limbo. Otro punto negro sobre el 2014 es que continúan sin decisión concluyente los casos de supuesta corrupción sometidos a la justicia.

La falta de decisiones judiciales sobre las acusaciones de corrupción y el asalto a Najayo son manchas sobre la hoja de servicio del aparato judicial. El Ministerio Público entiende que, en cada caso, ha hecho su papel de presentar acusaciones y evidencias, y no escatima la crítica severa contra los jueces. Otro punto negro es el pobre resultado de las políticas de prevención contra el feminicidio, que en lo que va de diciembre ha aportado seis víctimas mortales, sin contar los nefastos efectos familiares y sociales que provoca la orfandad de los hijos y la falta de seguimiento oficial sobre su situación, para mitigar traumas. Cercano a su extinción para dar paso al 2015, el presente año nos deja un panorama con huecos en los que debieron estar las respuestas concluyentes sobre incógnitas por acontecimientos muy importantes.

EL ALTO COSTO DE LA INSENSATEZ

La mayor presión sobre los servicios 911 y de emergencia de los hospitales la ejercieron los casos de lesiones provocadas por actos imprudentes. Heridos en accidentes vehiculares, riñas y asaltos, intoxicaciones alcohólica y alimentaria y otros desajustes mantuvieron fuertemente ocupados a socorristas, médicos y paramédicos. Entre el día de Nochebuena y el de Navidad, un número creciente de muertos, heridos y de accidentes de tránsito era cotejado por el COE para alimentar sus estadísticas.

La necesidad de aparatosos operativos de auxilio demuestra que la prevención no es una facultad que ponen en uso los ciudadanos como individuos sociales, sino que hay que aplicarla casi a la fuerza para tratar de disuadir desajustes de la cordura. Esa es la causa por la que son tan elevados los costos que genera la insensatez.

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