Para restablecer la paz pública en Haití es necesario declararle la guerra a las bandas que tienen en vilo a la población con sus acciones violentas, pero conseguir ese propósito es difícil porque esos grupos armados reciben apoyo local y externo, afirmó Edwin Paraison, presidente de la Fundación Zile.
El exdiplomático haitiano se refirió en esos términos al analizar la difícil situación política que vive su país, marcada por el caos y la inseguridad que generan grupos delictivos que imponen el terror en las calles, y se enfrentan entre sí por el dominio de los territorios.
Según sus planteamientos, esas gangas tienen apoyo externo “a través de un sector de la comunidad internacional que tiene un abordaje profundamente erróneo al incentivar la creación de una federación de gangas”.
Violencia de bandas
“No sé en base a qué otra experiencia se ha querido repetir en Haití o si Haití ha sido el laboratorio para ver si eso pudiera funcionar, pero los resultados están a la vista con un fortalecimiento estructural de las gangas con niveles de complicidad policial”, afirmó Paraison.
En cuanto al respaldo interno que asegura tienen esos grupos delictivos refirió que “A nivel local lamentablemente hay políticos que están implicados porque usan esos muchachos para controlar algunas jurisdicciones electorales y particularmente las más pobladas”.
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Ante la gravedad de los hechos que expone, Paraison cree hace falta un mea culpa de los que apoyan las gangas para dar lugar a un ambiente de paz indispensable en vista del proceso electoral que está pendiente realizarse.
Elecciones en el limbo
El asesinato del presidente Jovenel Moise el año pasado propició aún más la inestabilidad política en el vecino país. De hecho, aún no se han podido organizar elecciones para escoger nuevas autoridades.
En ese sentido, Paraison expresó que la actual administración no ha logrado crear el Consejo Electoral por falta de consenso sobre la oportunidad inmediata del proceso.
“Muchos piensan que la implicación de las gangas en la política es una barrera para unas elecciones diáfanas y altamente participativas, y se cuestiona capacidad de dirigentes para lograr ese proceso”, dijo.