Restauración a 150 años

Restauración a 150 años

El 2-3-1863, en la heroica y nunca bien ponderada Villa Ajusticiadora de Moca, un ungido ciego de la gloria, José Contreras, acompañado de José María Rodríguez, Cayetano Rodríguez e Inocencio Reyes, se constituyeron en los heraldos pioneros que rechazaron el acto proditorio del general Santana de anexar la naciente República Dominicana a España.

El censurable Marqués de las Carreras voló virtualmente a Moca y con la impiedad que le era tan consubstancial, fusiló a los primeros pro hombres de la causa Restauradora.

Organizar la resistencia para derrotar a un ejército profesional, de una potencia colonial, frente a una demarcación despoblada, paupérrima, desorganizada, contando con campesinos descalzos y desnutridos, sin conocimiento alguno del arte de la guerra, fueron los imponderables casi imposibles de superar que confrontaron los hombres de la Restauración.

Es la justificación de la demora de cinco meses en responder por segunda vez la afrenta del eclipse de la Primera República, que brotó como un géiser terrible el 16-8-l863, cuando 14 ungidos de la gloria se pronunciaron en el Cerro de Capotillo Español para rescatar del oprobio la nacionalidad decapitada por las ambiciones de los orcopolitas liderados por Pedro Santana.

Pero 31 días después, Gregorio Luperón produjo Arroyo Bermejo, derrotando al general Santana, en una epopeya gloriosa pero que conmueve los cimientos del alma, cuando Pedro Francisco Bonó refiere las condiciones de los combatientes.

“No había nadie vestido. Harapos eran los vestidos; el tambor mayor estaba con una camisa de mujer por toda vestimenta; daba risa verlo redoblar con su túnica; el corneta estaba desnudo de la cintura para arriba. Todos estaban descalzos y a pierna desnuda”…

En esas precariedades surgió la II República. Que sus sacrificios nos cubra a todos y no el usufructo de unos pocos…

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