Restauración moral

Restauración moral

Nuria Piera se quejó de la atención que se presta a José David Figueroa Agosto y a Sobeida Morel Féliz. Luego de que la comunicadora expresara su pesar, llevé a cabo una consulta informal. Es indudable que la pareja incita interés y admiración en muchas personas. No pocos de aquellos a quienes pregunté sobre ambos, mostraron efusivas simpatías hacia los dos imputados. Pocos aluden a las acusaciones por tráfico de alucinógenos, lavado de activos y crímenes.

En todas las épocas, grupos de las sociedades se han inclinado por los farfulleros fugitivos. Las figuras de Bonnie y Clyde Parker constituyen el paradigma del siglo XX. En ese mismo siglo, una treintena de años luego del acribillamiento de estos jóvenes bandoleros, surgió Antonio Correa Cotto en Puerto Rico. Para mi padre que lo conoció por las publicaciones de los diarios, era un independentista. Esos mismos diarios, que reproducían informaciones de International News Service, Associated Press y United Press, hablaban de un simple bandolero.

Los jóvenes Parker aterraban y seducían por igual. No toda la sociedad estadounidense respaldó emocionalmente sus homicidios por robos y otros asaltos. Es probable que fueran sus escapadas las que atrajesen titulares de periódicos y, por ende, público.

Luego de organizarse el Estado Libre Asociado de Puerto Rico, don Luis Muñoz Marín enfrentó a Correa Cotto. Al caer se originó una leyenda de la que ya nadie se acuerda. De los Parker queda la producción cinematográfica. Y más nada.

¿Es lo mismo con la dominicana y el amante puertorriqueño? ¡Quién sabe! Lo que afirmo es que, si hubieran caído presos desde un primer instante, carecerían del aura que los rodea. Los escapes sustentados en burlas a la autoridad parecen generar la simpatía que se observa. En el juego del gato y el ratón nos inclinamos por el gato, pues de antemano sabemos logrará su objetivo. Si en inusual proeza el roedor se escabulle, una sonrisa se esboza desde nuestras comisuras labiales. En el fondo se evoca desde el arcano emocional un instintivo deseo de romper con las reglas y el orden.

Lo grave, en el caso Morel Féliz-Figueroa Agosto son los juegos sexuales. Un morboso aliento impulsa a la popularidad de la pareja. A ella se la contempla como a la hermosa Eva capaz de obnubilar y doblegar al pintoresco Don Juan. En el hombre se mira la fortaleza viril de la que muchos son incapaces salvo insumos de la farmacopea. Y en él, además, el desenfado moral, el atrevimiento de la exposición y los juegos que a todos nos encantaría dominar.

En el fondo, sin embargo, se exhiben patologías. Graves, sin duda, porque sobre todo, una de ellas, afecta milenarias costumbres de encubrir el coito humano. Exhibirlo es algo más que el rompimiento de una regla de decencia.

Es, además, el triunfo de la bajeza por el primitivismo. Lo que acontece debe estimular una campaña de restauración de los valores morales, los principios éticos y el rescate de las costumbres  domésticas.  

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