POR BERNARDO VEGA
Durante sesenta años muchos dominicanos se han preguntado quién fue el autor de un pequeño y anónimo libro publicado por el gobierno de Trujillo en 1946, con el título de La frontera de la República Dominicana con Haití y reeditado en 1958.Este trabajo, de unas 87 páginas, está muy bien redactado y es un resumen de la historia sobre el surgimiento de la frontera en la isla, desde sus inicios hasta 1943, incluyendo comentarios laudatorios sobre las acciones de Trujillo sobre ese tema desde 1930. Es una obra erudita con muchas citas de fuentes y una amplia bibliografía. Algunos han pensado que fue de la autoría de Joaquín Balaguer y otros piensan que fue obra de Manuel Arturo Peña Batlle o de Moisés García.
En los archivos norteamericanos hemos podido descifrar el misterio. En 1944 Trujillo tenía una gran enemistad con el presidente Elie Lescot, de Haití, y, por primera vez en su régimen, había iniciado una campaña racial contra los haitianos que incluyó la publicación del Curso de derecho internacional público americano (1943) del profesor Carlos Sánchez y Sánchez donde, después de ataques racistas, se sugería que el exceso de la población haitiana fuese trasladado a una segunda Liberia. También publicó un folleto muy académico de Manuel de Jesús Troncoso de la Concha sobre la invasión haitiana de 1922, negando versiones de historiadores haitianos de que los dominicanos invitaron a los haitianos a ocupar la parte oriental de la isla. En abril de 1944 el gobierno de Trujillo distribuyó confidencialmente unas 25 copias mimeografiadas del antes referido texto La frontera de la República Dominicana con Haití entre funcionarios del propio gobierno, pero también le pasó un ejemplar al embajador americano, Avra Warren, quien lo envió a Washington.
Junto con el mismo, el embajador incluyó copia de una carta que había conseguido confidencialmente del Secretario de la Presidencia de entonces, Paíno Pichardo, de abril de 1943, dirigida al Dr. Federico Remonda Mingrand, quien en esos momentos era Encargado de Negocios en Santo Domingo del gobierno de Argentina, donde le decía: No puedo sino decirle que he leído con verdadera emoción el magnífico trabajo que usted me envió y el cual leyó también muy complacidamente el Honorable Presidente de la República Generalísimo Dr. Rafael Leonidas Trujillo Molina. Ruégole creer que no olvidaré nunca este testimonio de su amor a nuestro país y de su cálida simpatía al ilustre jefe de Estado. Al enviar ese documento, junto con la carta de Pichardo, el embajador Warren explicó que el texto había sido sometido por Remonda Mingrand al gobierno argentino.
Al empeorar las relaciones de Trujillo y Lescot entre abril 1943 y abril de 1944, Trujillo le pidió al argentino que tratase de obtener la autorización de su gobierno para su publicación, pero éste no lo autorizó y es por eso que el dictador optó por hacerlo circular confidencialmente, en forma mimeografiada y anónima. Es tan sólo en 1946 y en 1958 cuando sería impreso, pero siempre sin revelar el nombre del autor. Remonda Mingrand en 1944 era Encargado de Negocios en San José de Costa Rica, tenía 65 años de edad y pensaba retirarse precisamente en ese año. En su juventud, entre 1916 y 1918, había sido Intendente de la provincia de Rosario, en Argentina. Según el embajador Warren éste había declarado que ya podía morir tranquilo porque había escrito un libro, tenido un hijo y sembrado un árbol. Este diplomático no escribió ningún otro libro.
Pero el propio embajador Warren reportaría que el verdadero autor había sido el refugiado español José Almoina, a quien el argentino había empleado para esos fines. Como se sabe, Almoina, pocos meses después, en enero de 1945, fue nombrado secretario particular de Trujillo y después de abandonar el país en 1947 escribió dos libros, uno a favor de Trujillo con su nombre (Yo fui secretario de Trujillo) y otro, bajo seudónimo, en contra del dictador. Sería asesinado en México, en 1960 por órdenes de Trujillo. Según el embajador norteamericano cuando el argentino abandonó el país, había dejado el original de su manuscrito en manos de Almoina. El español había sido maestro de Ramfis Trujillo y autor de una obra de teatro (Falsa Amistad) y de un libro de ensayos (Meditaciones morales 1948) pero ambos aparecieron bajo la firma de María Martínez, la esposa de Trujillo. El chiste entre los dominicanos era que las iniciales F.A. de Falsa amistad, querían decir Fue Almoina.
Lo que no dijo el embajador americano era que Remonda Mingrand se había graduado en 1943, junto con otras diez personas, en el primer grupo que salió de la Escuela Diplomática y Consular de la cancillería dominicana, donde Almoina, junto con otro ciudadano español, Jesús de Galíndez, habían sido sus profesores. Así vemos cómo, obviamente necesitado de dinero, entre 1939 y 1945 Almoina escribió dos libros para la esposa de Trujillo y uno para el diplomático argentino. En 1945 en la Universidad de Santo Domingo publicó el primer libro suyo bajo su nombre: Biblioteca Erasmista de Diego Méndez. En 1947 la misma universidad le publicó Rumbos heterodoxos en México.
En su libro Yo fui secretario de Trujillo Almoina admitió (p. 113) que escribió la obra sobre la frontera, agregando: Su edición me acarreó bastante desazones de orden personal y quiero olvidarlas. Pero siempre existió la duda si decía la verdad. Comparando el texto en los archivos americanos con el publicado en 1946, se nota que alguien agregó algunos párrafos y quitó otros, probablemente el propio Almoina, tal vez por sugerencias de terceros, pero el 95% del texto es aproximadamente el mismo.