¡Resuelto el problema!
pagarán los pasajeros

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POR DOMINGO ABREU COLLADO
Felizmente se ha resuelto el problema con los empresarios del transporte. No lo digo yo –que no sé ni mierda de esas oscuridades – lo dijo la prensa a través de todos sus medios.

Los empresarios del transporte y el gobierno se pusieron de acuerdo con aumentar la tarifa del transporte y así solucionar el impasse que existía con el asunto aquel de lograr que los transportistas sigan ascendiendo hasta tener una vida superior al resto de los dominicanos, una buena vida, como empresarios, al nivel de los banqueros, exportadores, importadores, diputados, senadores y demás vivebienes de este país.

Pues muy bien. Ya con el transporte a mayor precio, y con los pasajeros pagando (porque no tienen de otra) solamente hay que sentarse ahora a esperar el próximo impasse, cuando los combustibles tradicionales para el transporte escalen más todavía, el gas licuado de petróleo escasee, los repuestos suban también y los choferes vuelvan con la cantaleta de que están pasando hambre.

¡Hagan sus apuestas! Yo apuesto a que entre octubre y noviembre estaremos jodiendo otra vez con huelgas de choferes porque «son padres de familia que no tendrán qué poner en la mesa en Nochebuena». A lo que la solución a proponer será que «en justa compensación» el gobierno entregue a cada chofer cien mil pesos para que pueda comprarse una telera y una pierna de cerdo.

Con esto ya solucionado se va aclarando el panorama y se va viendo que la única vía de que cada sector de la sociedad dominicana ascienda en la escala de posiciones relacionadas con el disfrute de bienes materiales, es que joda, y rejoda, y rejodiendo por donde le duela al gobierno en algún momento se le cargará el dado al resto de la población.

Por ejemplo, antes de que avance más, yo creo que debería organizarse el Sindicato de Trabajadores del Metro, con todos los varilleros, albañiles, carpinteros, pica-piedras, soldadores y demás. En menos de dos meses cualquier abogado de esos que saben de eso se lo organiza. Y ya está, ¡venga la primera consigna! «¡Si no hay aumento no habrá Metro!»… y otra consigna más: «¡Si el gobierno quiere Metro que nos suba el cien por ciento!».

Y ¡fuego a la lata! Venga huelga y gomas quemadas en los túneles del metro, y la UASD entera «pa’entro ‘e los túneles», y los choferes respaldando solidariamente la huelga, y los profesores en huelga (cada uno para su pueblo, en tanto), y los médicos también a la huelga, menos en sus clínicas, claro está…

Y así, poco a poco, llegaremos, no sé a donde, pero llegaremos, que no quepa la menor duda.

Afirmando la tradición

La tradición de Semana Santa es una de las más viejas que nos acompaña desde la época de la Conquista, y con cada celebración se va afirmando más la devoción dominicana.

Por los años 60 y 70, la celebración de Semana Santa era todavía sumamente aburrida. La gente se quedaba en sus casas, demasiado quieta, angustiosamente quieta, desesperadamente quieta.

Gracias a Dios, desde principios de los años 80, hubo un  despertar de reafirmación cristiana entre los dominicanos… y entre las dominicanas también. La gente optó por recordar un tanto más la celebración de la Semana Mayor. Así, por ser la Semana Mayor, se optó por un mayor consumo de ron, mayor difusión de música, mayor afluencia a las playas y centros de diversión, mayor consumo de comida fiestera, mayor promoción de ofertas de vacaciones en hoteles, mayor oferta de viajes de cruceros, mayor consumo de tabaco… o sea, mayor participación de todo el pueblo en la celebración y recordación del sacrificio de Cristo.

Incluso, y como asociado a la muerte de Cristo, hubo también una mayor cantidad de muertos durante la Semana Santa con cada celebración. Año tras año una mayor mortandad.

Para este año, y como una forma innovadora de celebración cristiana, tuvimos el fin de semana antes de Semana Santa una pre-mortandad. Es decir, así como hay pre-congresos, pre-candidaturas, pre-elecciones y pre-clasificaciones, tuvimos una pre-celebración mortuoria con un total de 18 muertos. Eso significa que se espera que durante la Semana Santa logremos un mayor número de sacrificados que en años pasados, para seguir avanzando. ¡No defraudemos nuestra celebración!

¿Una autopista paralela?

Del lado abajo del farallón que ha sido ocupado por barrios como «Los Frailes», «Los Molinos» «Los Molinitos» y otros, se vertieron –como se ve en la foto – un número que no contamos (por lo largo) de camionadas de caliche, como una manera de promesa de que «si ganamos seguimos».

Los políticos son capaces de prometer desde caminos carreteros hasta autopistas de última generación, con tal de que se les vote.

En ese caso, se ha prometido y vertido lo que ven sobre una vía que ocupa una porción protegida… bueno, protegida en decretos, pero protegida. Pero los autores no lo han pensado dos veces para prometer aquí una autopista, paralela a la de arriba, sobre el farallón, que de paso debió haber sido terminada para agilizar el tráfico cuando la autopista de Las Américas se pone necia, como en Semana Santa.

Pero no, se prefiere jugar a las promesas, incluso a las promesas paralelas, como esa de que «si me cumples, te cumplo».

Una cueva en venta

En uno de los barrios que han crecido junto a los farallones de Santo Domingo Este nos encontramos con esta cueva en venta. Ya no es solamente que se ocupa un espacio que es de todos, sino que  además se pone en venta un elemento de ese espacio que definitivamente no puede serle expropiado al patrimonio natural. Pero ahí la tenemos. Espero que a nadie se le ocurra comprarla, y menos estando yo dentro.

A propósito, hablando de mi mismo. Cuando en ocasiones ustedes crean que algún segmento de éstos no está completo, o que algo no ha terminado de decirse, es que… no está completo o que algo no ha terminado de decirse. Pues ocurre que por razones de seguridad, de legalidad y de otras razones, algunas cosas son consideradas que no deben decirse por aquí, entonces no salen.

Yo, que normalmente estoy en cuevas y carreteras, muchas veces no me entero qué se puede decir y qué no, pues me he quedado a vivir en la democracia del 1962, aquella de Juan Bosch. Imagino que ustedes comprenderán.

Pero nada. Cualquier cosa que ustedes deseen que les aclare pueden pedirlo por mi correo electrónico, que aparece por algún lado de la página. Si tengo tiempo me pongo en eso, si no tengo tiempo no me juzguen mal, pero pongan su dirección.

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