Resultado de pequeñas infidelidades

Resultado de pequeñas infidelidades

Nada hay como ausentarse del país para apreciar, desde lejos, lo inestable de la situación que padecemos. Inmerso en otra sociedad, disfrutando el privilegio del anonimato, la mente se abre con visión estratégica, para percibir los pequeños, aunque importantes, hechos que hieren la esencia de la patria dominicana.

Encuentra uno ideas diferentes a las que ofrecen nuestros medios de comunicación, eminentemente prejuiciados y triviales. Agradece además, la suerte de encontrar obras como “La Mosca Azul”, de Frei Betto, donde advierte cuán cerrados están nuestros ojos para no ver los peligros que tenemos delante.

En parte de su obra, Betto establece: “No habría manera de negarle la razón al profetismo político de Robert Michels quien, en 1911, en su clásico ‘Los Partidos Políticos’ defendió la tesis, hasta ahora confirmada por la historia, de que todo partido de izquierda que insiste en disputar espacios en la institucionalidad burguesa termina por ser cooptado por ella, en vez de transformarla. Tendremos que avisarle al Hermano brasileño que aquí ha vuelto a cumplirse la tesis de Michels y explicarle el proceso a través del cual el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) pasó de agrupación política con devaneos marxistas a grupo corporativo donde predomina la amnesia moral.

Frei Betto deviene tremendamente esclarecedor cuando dice: “Un corrupto es el resultado de pequeñas infidelidades. No se hace si no es mediante detalles que se le acumulan en el alma: hacer un negocio con ventaja, apropiarse de un bien aparentemente insignificante, traicionar la confianza ajena. No es el dinero lo que destruye su moral. Es el éxito, la arrogancia, la convicción de que es más astuto que los demás.” Esa frase nos lleva a recordar las pequeñas infidelidades de los peledeístas cuando se desempeñaban por primera vez como diputados en el Congreso Nacional 25 años atrás. Hoy, frustrada la esperanza, presenciamos que hasta tres maestras de escuela, alguna vez respetadas, exhiben riquezas escandalosas y vulgares mientras sus colegas, maestros todavía, sufren grandes penurias para sobrevivir.

Y así, de infidelidades pequeñas pasaron a las grandes infidelidades hasta convertirse en la negación de lo que cualquier persona decente quisiera para sus hijos. Mientras Bosch cultivaba el jardín para que las mariposas de la decencia acudieran a libar honestidad, sus más cercanos discípulos buscaban aliarse con cuervos y hurones que les enseñarían a destruir las flores.

Estos peledeístas renegaron primero de Bosch y luego del Partido. En los materiales de lectura, Bosch decía: Digamos de paso que no debemos confundir el proceso de la acumulación originaria con el simple robo de tierras o de dineros sean o no sean aquellas y éstos del Estado. Los negocios hechos aprovechándose de cargos públicos pueden dejar fortunas en las manos de funcionarios gubernamentales sin escrúpulos, pero si esas fortunas no se usan para producir capital sino para gastarlas en vivir fastuosamente o en orgías o para perderlas en mesas de juegos, no sirven como base indispensable de formación de capital y por tanto no pueden ser calificadas como fruto de la acumulación originaria. Así escribía Bosch en 1983, vomitando odio contra el PRD que lo había forzado a excluirse de esa organización. Pero nunca sospechó que su capacidad profética no se aplicaba tanto al PRD, como a sus propios discípulos peledeístas, quienes han llegado a ser más corruptos de lo que pudo imaginar para otros.

Lo que sí ha mantenido esa corporación de insaciables depredadores para asegurarse la impunidad es la similitud con la estructura de la iglesia católica, algo que utilizó Bosch, a pesar de su agnosticismo, para formar el PLD. Frei Betto describe esto magistralmente diciendo: “Los partidos tienden a incorporar vicios de las iglesias sin el santo provecho de sus virtudes. Se estructuran jerárquicamente, establecen mandamientos incuestionables, culpabilizan a los infieles, exigen diezmo, convencen a sus adeptos de que la voz de la autoridad profiere la verdad. Algunos se aglutinan en torno a un líder incensado como el Papa al que no le niegan el don de la infalibilidad y a dirigentes que se consideran cardenales y obispos.” Al leer esa frase, aunque uno no se lo proponga, tiene que relacionarlo con la actual corporación PLD y su infalible Papa de Villa Juana, Leonel Fernández.

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