Resultados de una encuesta

Resultados de una encuesta

JOAQUÍN RICARDO
Recientemente, el grupo empresarial Corripio publicó, a través del prestigioso matutino Hoy, una encuesta realizada por la firma Gallup, en la que nuestros conciudadanos expresaron su opinión acerca de los temas de mayor actualidad y relevancia por nuestro país.

Dentro de las múltiples deducciones, afirmaciones y cifras reveladas en este estudio de opinión, me llamó poderosamente la atención el reconocimiento y la profunda gratitud que subyace en más del 40% de la ciudadanía la cual opinó que el doctor Balaguer es el político más admirado entre los que ejercen esa “noble actividad”, al decir del patricio Juan Pablo Duarte, vivos o ya convertido en “un poco de cenizas y de gloria”.

Como siempre, cuando el peso aplastante de la realidad golpea las caras de los adversarios e incrédulos, casi pasa desapercibida y en medio de explicaciones tan pobres y oscuras como las sombras que envuelven las almas de aquellos que las formulan.

Lo cierto es que el joven intelectual que vio la luz en el pequeño poblado de Navarrete resultó ser el político más terminado de nuestra historia contemporánea y uno de los más lúcidos estadistas del continente.

En aquellos días posteriores, difíciles y sombríos, de la contienda bélica de 1965, el país agonizaba ante el colapso de sus instituciones. Emerge, con la fuerza y la fe de una llama votiva, la firme determinación de aquel dominicano que abrió su corazón al deber para con la patria y cerró, casi de manera simultánea, la entrada de luz a sus ojos mortalmente heridos por el glaucoma.

Mientras otros se diluían en el debate ideológico, abrazando amorosamente las turgencias del comunismo, el presidente Balaguer implementaba todo un proyecto de desarrollo nacional, votando la ley de incentivo industrial, creando la Zona Industrial de Herrera, inaugurando apartamentos para los desheredados de la fortuna, como fue el proyecto de Mata Hambre, entregado a los cuatro meses de haber iniciado su primer mandato, curando los males de sus conciudadanos en los hospitales que se construían con la velocidad del rayo, junto a policlínicas rurales que erigían con fondos del Erario, sin tener que acudir al endeudamiento externo, tan utilizado por sus predecesores.

Resultó ser el hombre que se situó por encima de los intereses particulares y partidistas para enarbolar la bandera como manto sagrado en el que confesaba sus desvelos y convirtió a la patria en el lábaro en donde plasmó todos sus esfuerzos para el bienestar común.

Mientras, el foquismo, la guerrilla urbana, el desembarco de Caracoles para derrocar a un gobierno legítimamente constituido, junto a la “tierra arrasada” y a la permanente búsqueda de “un coronel que quisiera casarse con la gloria”, eran las consignas enarboladas por aquel segmento de la población que nunca aceptó el triunfo del Reformismo, Joaquín Balaguer proveyó de la azada al campesino, entregó las tierras estatales en una reforma agraria atrevida para los tiempos y construía carreteras, puentes, escuelas, caminos vecinales, acueductos y polideportivos.

Las alianzas más inverosímiles danzaban al ritmo de una clase política que cantaba su propia desazón, ante la edificación de la Plaza de la Cultura, del Teatro Nacional y del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, escenario de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Repetimos, con lo que producía el Estado.

Mientras la tesis de la dictadura con apoyo popular era devorada por los hijos putativos de su creador, Taveras y Rincón primero, más tarde Valdesia, Jigüey y Aguacate producían el 33% de la energía que se consumía en el país, al tiempo de irrigar millones de tareas de tierra antes improductivas.

Y así, a pesar de las voces, usualmente las menos autorizadas moralmente, que hablaban del “despotismo ilustrado”, llegó la Reforma Arancelaria, el Código Monetario y Financiero, la Ley de Servicio Civil y Carrera Administrativa. Florecen los aeropuertos y puertos y el turismo crece en las costas del Atlántico y en las aguas bravías del Mar Caribe.

Ya situado en la galería heróica de nuestros inmortales el pueblo, que tantas veces observó su pericia en la conducción de la primera magistratura del Estado, le continúa rindiendo postrer tributo y emite su veredicto: El más admirado entre nuestros políticos vivos o muertos de todos los tiempos en la República.

A pesar de los imperativos de su destino deseó descansar en paz y desde el sitial de retiro definitivo, como dijera el poeta español Pedro Mata que él cita en La Palabra Encadenada:

“De mi retiro en el reposo augusto/mantengo indemne mi ilusión florida/ machaco prosa para ganar la vida/ y esculpo versos para darme gusto/.

Estimo, sin desconocer el valor moral y humano que puedan ser atribuidos a los demás líderes sujetos a la valoración ciudadana, que el resultado de la firma Gallup lo que ha hecho es situar al Doctor Joaquín Balaguer en el lugar que le tiene reservado el solemne tribunal de la historia, siempre que éste lo integren jueves probos y limpios de alma y de corazón.

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