Illinois. — El pinball está resurgiendo gracias a un creciente número de aficionados al juego.
El interés en el juego de maquinitas de mesa, en que una bola pequeña es guiada, mediante palancas y a través de obstáculos hasta su hoyo final ha crecido en los últimos años, según la Asociación Internacional de Pinball (conocida como International Flipper Pinball Association o IFPA).
Hubo 500 participantes en 50 competencias en todo el mundo en el 2006 mientras que en el 2017 son 4.500 las competencias y más de 55.000 los jugadores, según IFPA.
“El pinball no va a desaparecer”, dice Zach Sharpe, aficionado a la disciplina y además vocero del principal fabricante de máquinas de pinball, Stern Pinball, Inc. en Elk Grove Village, un suburbio de Chicago. “Es algo que no se puede imitar y por eso creo que no ha desaparecido”.
La primera patente para una de esas máquinas fue aprobada en 1871, pero el acceso a los juegos se frenó entre las décadas de 1940 y 1970, pues algunas municipalidades lo prohibieron pensando que se trataba de un juego de azar, dijo el padre de Zach, Roger Sharpe, autor de un libro sobre pinball.
Sharpe padre es reconocido como el hombre que convenció al concejo municipal de Nueva York que no se trataba de un juego de azar sino de destreza, con lo que el concejo levantó la prohibición en 1976, allanando el camino para que otras municipalidades hicieran igual.
Desde entonces, la popularidad del juego ha variado. Pero Zach Sharpe afirma que las ganancias de su empresa han aumentado precipitadamente en años recientes. Este año las ganancias fueron 30% más que en el 2016, y las del 2016 fueron 40% más que el año previo.
Atribuye parte de este crecimiento a los apps de smartphones que le dicen a la gente dónde están las salas de juego más cercanas.
Los fanáticos del pinball cubren todas las edades: Escher Lefkoff tiene 14 años y a los 13 había ganado el Campeonato Internacional de Pinball.
“Ese fue un día glorioso para mí”, dijo Lefkoff recientemente en una feria de pinball en Chicago. “Ese día jugué fenomenal y gané el campeonato, fue el día más glorioso de mi vida”.
Su padre Adam Lefkoff es también jugador de pinball, e inspiró a su hijo a aprender cuando tenía apenas 2 años de edad. Un 12% de los jugadores de pinball registrados en competencias son mujeres.
Los Lefkoff viven en Longmont, Colorado, pero viajan a torneos de pinball den todas partes.