Resurgiendo de las cenizas

Resurgiendo de las cenizas

Políticas oficiales locales y sutilezas del mercado global están permitiendo que las zonas francas dominicanas hayan entrado en un proceso sostenido de recuperación. Están resurgiendo de sus propias cenizas. La agresividad china para conquistar el mercado de los Estados Unidos, que fue uno de los factores que hundió a nuestras zonas francas, de pronto se ha revertido en favor de estas empresas radicadas en la República Dominicana.

El encarecimiento de los fletes marítimos desde China a Estados Unidos, debido al alza del petróleo, cambios en las regulaciones laborales de China, el descrédito por la baja calidad de sus productos y las políticas oficiales locales dirigidas a rescatar el sector, están reviviendo a nuestras zonas francas.

Hoy día, la mano de obra de China disfruta de prestaciones mejoradas gracias a profundas modificaciones en la legislación laboral. Eso supone alzas en los costos que se suman a los aumentos en los fletes y determinan que hayan mermado las ventajas comparativas de China respecto a otros países. Es, sin duda, una de las veleidades de la competitividad. Por estos resultados y los amagos de crisis internacional por la caída del dólar y las alzas petroleras, es preciso que el Gobierno afine  sus políticas de incentivo a las zonas francas para ampliar las ventajas comparativas que han permitido que estén resurgiendo de sus propias cenizas.

Barajando expectativas
El país está a horas de conocer las iniciativas del Gobierno para tratar de contrarrestar la crisis originada por las alzas petroleras y sus precursores inflacionarios. Se esperan medidas restrictivas encaminadas a promover ahorro de energía y combustibles, de austeridad en el gasto público, de indexación salarial, de incentivo a la producción agropecuaria, de expansión de las políticas sociales del Gobierno,  un presupuesto suplementario de aproximadamente RD$30,000 millones, y otras.

El hecho mismo de que los precursores inflacionarios son atizados por factores externos fuera de nuestro dominio y que son una amenaza para la estabilidad de la economía, hace suponer que en esta oportunidad se asumirá con todo rigor la responsabilidad del ahorro y un direccionamiento adecuado del destino de los recursos. La estabilidad económica es nuestro mayor tesoro. Esperemos pues que las medidas a anunciar cumplan los objetivos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas