Resurrección con  reflexiones

Resurrección con  reflexiones

Levantarse de entre los muertos es dogma  y milagro del cristianismo, eje de la doctrina que vino del Dios-hombre. El Jesús de las parábolas, del que dan testimonio los Evangelios habló y actuó para ser ejemplo y salvación. Para los dominicanos esta nueva  evocación  del  retorno  del Nazareno a la vida  debe ser  motivo de inspiración para propiciar un resurgimiento  del país  afectado por   acuciantes problemas como el de las drogas con sus implicaciones de vicio destructor y criminalidad extendida  incluyendo el fenómeno del lavado. Podemos y debemos  superar la deplorable situación de auge del narcotráfico que ha devenido  de las debilidades y vulnerabilidad del  Estado, sin perder de vista otros males sociales  relacionados con la educción, la salud pública, el desempleo, la inseguridad ciudadana y los problemas energéticos.

El resurgimiento de una  voluntad que garantice un mejor futuro es un cien por ciento posible aún cuando el Gobierno tarda en despertar a la contundente que movió  a una voz   autorizadas a reconocer recientemente que  el narcotráfico muestra    el poderío de un Estado paralelo al otro Estado  que nos representa pero que  no muestra   la  eficiencia que logre cercenar cada probada relación o participación de miembros de la   autoridad en el crimen organizado. El país aspira a una consolidación  de la lucha contra el narcotráfico para dejar atrás la pasividad  que evoca  a los sepulcros.

Más sermones contra lo mismo

Palabras que  no debería llevarse el viento sin que antes cumplan su cometido de penetrar a muchos oídos, sobre todo del Gobierno, fueron las que desde el púlpito augusto de la Catedral Primada de América pronunciaron los sacerdotes escogidos por la Iglesia Católica para el tradicional Sermón del Viernes Santo. De sus labios surgió la protesta habitual contra males que parecen inamovibles, por cuanto los oradores cristianos insisten contra ellos año a año.

Que estos clérigos  reprochen a la autoridad por su desatención a necesidades de los ciudadanos; que se alarmen por el auge del narcotráfico; que descalifiquen la forma de hacer política de muchos aspirantes a cargos a base de promesas que luego no cumplen; que se quejen con vehemencia de la mala calidad de los servicios, incluyendo los de agua potable y electricidad. Todo ello era lo que tenía que aparecer en palmas de fuego esta vez  y en las próximas citas de la Pasión, si no cambian las cosas.

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