En nuestro ambiente político, dirigentes, líderes y jefes de grupos, aprendieron a cuidarse de amenazar con llevar a la justicia por actos de corrupción a gobernantes y sus funcionarios porque saben que ellos temen “como el diablo a la cruz” a las pesquisas sobre sus “ejecutorias” porque actualmente se presume que la corrupción ya no se detiene frente a determinadas puertas de sagrados despachos.
Retaliar es “vengar o desquitarse” una ofensa o agravio, pero la palabra retaliación no es de uso muy común en español; no obstante, el veterano dirigente del partido gobernante, Franklin Almeyda Rancier, ahora defensor de la “causa constitucionalista” que encabeza el expresidente Leonel Fernández, en una reciente entrevista televisada aclaró con emotivo matiz conciliatorio, que sus compañeros en el grupo defensor del supuesto propósito reeleccionista del Presidente Danilo Medina, no debían temer a ninguna retaliación en caso de que el ex presidente Fernández volviera al poder y su vehemencia conmovedora trajo a mi memoria la famosa composición del colombiano José María Peñaranda, titulada “La Vaca Nacional”, en especial el coro que dice: “Qué leche tan gorda la que da esa vaca, con tan buena teta y siempre tan flaca” que, dicho sea de paso, fue recreada en You Tube por un equipo de dominicanos, en forma animada, con gráficas y fotos alusivas a nuestra vida política.
La teta es la raíz de la expresión “tetánica” de nuestro título, porque no habría mayor venganza o retaliación para el grupo del ex presidente Fernández, que quitarle “la teta de la vaca nacional” a los danilistas, que, por ese motivo, no tienen miedo a salir del poder, sino pavor, pánico y terror.