POR MARIEN ARISTY C.
Cuando pensaron que tendrían a su disposición todos los elementos para subir al tren de la tecnología, los estudiantes de la Escuela República de Costa Rica vieron sus esperanzas desvanecerse: el equipamiento de su recién reformado laboratorio de informática ya no se realizará porque las embajadas que iban a hacer la donación desistieron de ello tras el robo de tres computadoras que les habían entregado hacía tres meses.

Entregadas por los embajadores de Costa Rica y Taiwán, Eckart Peters y John Feng, respectivamente, las tres computadoras llegaron a este centro de Los Ríos el 28 de octubre pasado. Durante el acto de entrega, los embajadores anunciaron que disponían de dos mil dólares para arreglar el espacio del laboratorio de informática. Los recursos fueron donados por  la embajada de Taiwán y los costarricenses que residen en el país.

A cuatro meses de aquella jornada, el laboratorio está listo pero no tiene nada en su interior. Es que, tras el robo de las computadoras el pasado tres de febrero, los diplomáticos entienden que no es pertinente llevar a cabo la segunda fase del proyecto de ayuda, que incluía el equipamiento completo del laboratorio de informática.

Para que eso se cristalice, tal como lo estableció el director del centro educativo, Paulino Robles Benítez, la Secretaría de Educación tiene que garantizarle a las embajadas la seguridad de los equipos.

Esto será muy difícil, entiende Robles Benítez, mientras el centro continúe al cuidado de dos serenos de avanzada edad que no cuentan con ningún tipo de arma para defenderse.  Tras solicitar a las autoridades que refuercen la seguridad de las escuelas con agentes armados en los planteles, Robles Benítez resaltó que los ladrones que se llevaron las computadoras le han hecho mucho daño al estudiantado del plantel puesto que los niños ya las estaban usando.

“Estas personas malvadas no han tenido miramientos con una escuela enclavada en un sector muy populoso. Este es el único faro de civilización que hay por aquí: la escuela”.

Respecto al uso que le daban, Robles Benítez subrayó que los estudiantes hacían muchas tareas en las computadoras. “Los alumnos estaban recibiendo los beneficios de eso. Ellos estaban tomando clases de computación y además habíamos introducido un software con conocimientos de las ciencias, las matemáticas, la lengua española… ellos estaban contentos porque era un medio innovador, fácil y rápido de navegar en el conocimiento”, agregó.

La seguridad, sin embargo, no es el único problema que enfrenta este plantel. También esperan que Educación acondicione el plantel, que tiene fuertes filtraciones, goteras en muchas de las aulas, falta de pintura y unas instalaciones sanitarias en pésimas condiciones.

Además, explica Robles Benítez, están esperando que las autoridades terminen de levantar la construcción de lo que serán las aulas de inicial y media. Estas obras, indica el director, fueron iniciadas con recursos de los bonos soberanos. Lamentablemente, sin embargo, el dinero no alcanzó y los trabajos se detuvieron en el año 2003.

Quejándose de la falta de previsión de la gestión pasada, Robles Benítez aseguró que para la zona es muy importante que terminen el liceo puesto que en Los Ríos no existe ningún centro público donde impartan clases del bachillerato.