NUEVA ORLEANS .— Figuraron entre los sitios emblemáticos más antiguos y consolidados en el paisaje de Nueva Orleans como el Superdomo y la catedral de San Luis: un obelisco de piedra que proclamaba la supremacía blanca y tres estatuas de incondicionales confederados.
Pero después de décadas de fungir como centinelas de esta ciudad sureña, los monumentos confederados han desaparecido en medio de una controversia a veces reminiscente de las divisiones de la Guerra Civil que conmemoraban.
El último de los monumentos _una estatua del general Robert E. Lee que miraba desafiante hacia el norte con los brazos cruzados_ fue retirado el viernes con una grúa del pedestal donde se encontraba. A medida que la estatua era levantada, la multitud estalló en vítores mientras grababa con sus celulares ese momento de la historia. Los presentes se estrecharon las manos en señal de felicitación. Muchos en la multitud aguardaban desde la mañana.
“¡Nunca creí ver este día!”, gritó jubilosa Melanie Morel-Ensminger. “¡Pero vean! Está sucediendo”.
El monumento a Lee fue el último de cuatro dedicados a personajes confederados cuyo retiro se efectuó de acuerdo con una propuesta del alcalde Mitch Landrieu, la cual fue aprobada por el consejo municipal en 2015. Corona un proceso de casi dos años que ha sido censurado por quienes los consideraban parte del patrimonio del sur y un homenaje a los muertos.
Los contratistas que participan en el proceso de remoción han sido amenazados; y los partidarios de las estatuas demandaron en repetidas ocasiones para que siguieran en el mismo lugar.
Sin embargo, la acción fue elogiada por quienes veían a esas estatuas como reminiscencias brutales de la esclavitud y símbolos de la opresión histórica de las personas negras.
Landriew propuso el retiro de los monumentos después de las persistentes secuelas emotivas tras la matanza de nueve feligreses negros en una iglesia de Carolina del Sur en 2015.
El asesino, Dylann Roof, es un racista confeso que exhibía banderas de combate confederadas en fotografías personales, lo que atizó la polémica en cuanto a si los emblemas confederados representan racismo o un legado honorable.
Aunque el proceder de Roof suscitó en diversas partes del sur la controversia de si era apropiado ondear el emblema de batalla confederado _y muchos lugares lo han arriado_, la reacción en Nueva Orleans pareció ir incluso más allá al eliminar piezas más importantes y pesadas de la historia.