Actualmente existen muchas iglesias, congregaciones y denominaciones religiosas que dicen ser los auténticos seguidores de Cristo. Sin embargo, como bien indica la historia, en los inicios del cristianismo no era así, solo existía una Iglesia y todos los cristianos permanecían unidos bajo las enseñanzas de los apóstoles.
La Iglesia Católica es el pueblo Santo de Dios que congrega a los bautizados y confirmados en la Trinidad, que se sienten ungidos por su amor.
Esta congregación tiene como cabeza visible el Santo Padre o como también se le conoce el Papa, el sucesor de Pedro, y este a su vez tiene como asesores a los apóstoles, que en este tiempo llevan por nombres obispos, los cuales disponen de colaboradores a los presbíteros y diáconos en la comunidad de los fieles.
La explicación es de monseñor Faustino Burgos Brisman, secretario general de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), quien accedió a conversar con reporteros del Hoy sobre el tema de “La Iglesia Católica dominicana, presente y futuro”.
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Asistencia a misa
Con el encierro de la pandemia, la Iglesia se reinventó para lograr que la misa llegara a sus fieles a través de la televisión, radio y diversas plataformas sociales, lo que provocó que muchos de sus creyentes se acostumbraran a esa nueva forma de recibir la eucaristía, por lo que monseñor Burgos estima que la asistencia a misa no tiene el mismo flujo que antes del Covid-19.
De acuerdo con monseñor Burgos en la misa se observa una presencia familiar. “Tenemos que seguir motivando para que esa invitación llegue masivamente a los feligreses y puedan venir al templo para escuchar la palabra y recibir el cuerpo y la sangre de Cristo. Eso es un proceso evangelizador que fluctúa como las olas del mar, en fechas especificas las iglesias se colman de creyentes como son el Día de la Virgen de la Altagracia, Viernes Santo o Navidad”.
Confesión y comunión
Monseñor Burgos, quien también es el Administrador Apostólico de la diócesis de Baní, afirmó que hoy día los fieles continúan practicando los sacramentos de la confesión y la comunión con la misma fe y devoción que en siglos pasado. “Claro, la gente se sigue confesando, mi experiencia es que basta con que uno se siente en una capilla y los creyentes vienen a confesarse o a conversar con el sacerdote”.
15 millones de hostias
En lo que respecta a la comunión puntualizó que la gente siempre anhela recibirla. “Aquí en la arquidiócesis, por ejemplo, este trienio pasado se repartieron más de 15 millones de hostias, es decir que es una cantidad muy significativa que pone en evidencia que los fieles mantienen la práctica de recibir el cuerpo de Cristo.
Desafíos de la iglesia
Entre los retos que tiene la iglesia actualmente está batallar contra la ignorancia que sumerge al individuo en el pecado y que lo lleva apartarse de Dios y de su amor. “El reto principal es seguir evangelizando al hombre y a la mujer de hoy en un lenguaje que sea accesible para ellos, de tal manera que el evangelio esté cercano a todos y puedan alcanzar la salvación”.