Retornar a las calles

Retornar a las calles

En la presente década se ha producido el fenómeno de que por primera vez en toda la historia de la humanidad la presente generación tiene menores oportunidades que la precedente. Aunque todavía este fenómeno no ha sido lo suficientemente estudiado, ya se comienzan a ver algunos indicadores sobre el impacto que podría tener esta circunstancia a mediano y largo plazos en la sociedad moderna.

Entre otros, se pueden citar generalización de las protestas estudiantiles y juveniles que en este momento sacuden a Grecia, en los últimos meses estremecieron a Italia, Francia y que amenaza a España y otros países europeos y otras regiones del mundo; además de esto, vale resaltar el relativo resurgir de las protestas de los trabajadores fabriles y del comercio en  diversos países.

En este país se producen protestas de los jóvenes  contra el sistema de manera espasmódica, desordenada e inconducente y sin que sean claramente manifiestas, se pueden identificar protestas en diversos ámbitos de la vida social donde se asumen actitudes de aislamiento y desinterés por lo que sucede en la esfera de lo público, en la esfera política.  Se generaliza el desorden, la desobediencia a todo tipo de reglas de convivencia que evidencian una falta de sentido de la importancia de la vida asociativa.

Aquí como en todo el mundo agudiza el sentimiento de incertidumbre frente al futuro, se generaliza la desconfianza hacia las instituciones políticas, lo cual se convierte en caldo de cultivo para el afianzamiento de las actitudes individualistas, de poco sentido de la solidaridad de clases y de grupos sociales. Este año termina con escándalos mayúsculos, la lastimosa sentencia de la Suprema Corte de Justicia sobre el caso de los 130 millones de dólares tomados como préstamo por el Estado Dominicano sin ser conocido por Congreso y sin que aún se sepa del destino de ese dinero, la asignación en franca violación al espíritu de la ley del sueldo catorce de parte de los jueces de la Cámara de Cuentas y el indulto a los acusados del fraude millonario del Plan Renove, junto a la considerada pieza clave del fraude bancario del Baninter, el primero de éstos vergonzosamente negociado entre sectores del PLD y del PRD.

De ahí la pertinencia del planteamiento del Dr. Hugo Tolentino cuando con sentido de responsabilidad plantea que su partido debe volver a la plaza, al ágora, para enfrentar un poder cada día más sordo ante los reclamos de un manejo de la cosa pública con pulcritud.

Lo mismo plantea diversos componentes de la izquierda, es posible que otros sectores, sobre todo jóvenes, planteen y ejecuten acciones de protestas, pero debe entenderse que la única posibilidad de que éstas tengan rentabilidad política es  si se trabaja para articular un abanico de fuerzas en la cual confluyan los más diversos sectores, incluyendo a los que en los dos principales partidos que estén dispuestos a luchar por un país que poco a poco se fragmenta, pierde el sentido de la solidaridad y hasta de nación.

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