Durante su comparecencia al Desayuno de Listín Diario este diciembre 8, Orlando Jorge Mera, ministro de Medio Ambiente, orilló la tangente sin adentrarse en los suspendidos meollos nodales del problema medioambiental, solo contando de padrino al expresidente Joaquín Balaguer, el gobernante estrella protector del sector en toda su historia.

Orlandito, así le llamo por conocerlo desde niño, sabedor de nexos vinculantes con sus padres, solo aludió en su disertación el saneamiento del río Ozama, afirmando que restablecerlo demorará de 5 a 6 años, entendiendo el suscrito que con providencias drásticas a quienes contaminan el río, el tiempo acortaría la mitad.

Omitió controlar los granceros, principales destructores de los ríos, demostrando disponer un poder superior al Estado, mafia revestida de impunidad, intocables. Orlandito silenció la continua depredación de aserraderos en la Sierra, suburbios San José de las Matas, ni abordó situación de Valle Nuevo, ni buscadores de ámbar en cordillera Septentrional, protagonistas de enormes deslizamientos de tierra en esas zonas, carentes de formación rocosa.

No abordó un plan de rescate de coníferas, exigiendo a los beneficiados sembrar un pino cada vez que aprovechan uno, que debe consistir la política básica par resarcir las depredadas cuencas hidrográficas, comenzando por Yaque del Norte, mayor corriente fluvial del Caribe insular, esquilmado sin consideración, solo defendido por el presidente Balaguer cuando prohibió los aserríos en 1966.

Ignoro el equipo técnico que lo asesora, recordando a Agustín Rodríguez, ingeniero forestal, Guillermo Basilis, dasónomo, y Humberto Tasaico, ingeniero forestal peruano, que redactó un monumental informe de nuestros bosques en 1967, financiado por la OEA, recomendando bajar a las llanuras a los campesinos nómadas de las sierras y asentarlos en proyectos agrarios del Estado, aún pendiente.