Retos del PLD en el gobierno

Retos del PLD en el gobierno

ANTONIO PEÑA MIRABAL
Nuevamente retorna el Partido de la Liberación Dominicana, PLD, al gobierno. En esta ocasión con la gran responsabilidad de sacar al país del abismo a donde lo llevaron las pasadas autoridades perredeístas. A diferencia del 1996, el PLD llega al poder encabezando un frente opositor que aglutinó a varios partidos políticos y movimientos de apoyo, así como también a un grupo importante de dirigentes del Partido Reformista Social Cristiano, PRSC, que vieron en Leonel el candidato con posibilidades reales para confrontar la reelección del Presidente Hipólito Mejía.

Es importante que estos aliados circunstanciales del PLD hagan conciencia de la calamitosa realidad que el PRD le deja a los dominicanos, y en consecuencia asuman un comportamiento acorde con la misma. De igual forma la militancia peledeísta debe entender los momentos actuales y evitar el surgimiento de exigencias extemporáneas, que lo único que lograrían sería acrecentar el estado de angustia que vive el país. Los peledeístas no deben olvidar durante los próximos cuatro años, que el pueblo votó el pasado 16 de mayo en contra de la crisis. Su principal tarea al frente del gobierno es enfrentarla y solucionarla, de lo contrario tendríamos más de lo mismo, y es impredecible la reacción del pueblo ante esto.

La dirigencia del PLD tiene una gran responsabilidad ante el país. Es una oportunidad histórica que se le ofrece para demostrar que ha alcanzado la madurez y adultez política necesaria para conducir con éxito los destinos de la nación. Los momentos actuales son propicios para que el PLD, desde la dirección del estado dominicano, muestre las mejores enseñanzas de su líder histórico, el profesor Juan Bosch. Es el momento de poner en práctica los principios que diferencian al PLD del resto de las organizaciones políticas del país. Es el momento de adecentar la actividad política, de retornarla al sitial del que miserablemente el PRD y su gobierno desterró. Sólo aplicando una práctica política consecuente con los mejores intereses nacionales, el PLD podrá sacar el país de la crisis. Ya lo había enseñado Juan Bosch, la calidad genera cantidad, lo que se traduce en aceptación del gobierno ante la sociedad. En la medida que el PLD realice una gestión gubernamental que satisfaga las expectativas con que el pueblo lo está recibiendo, en esa misma proporción sumará voces en su defensa, de lo contrario, el infierno le quedaría pequeño al caos que puede producirse en el país con el PRD en la oposición.

La capacidad de concertación y diálogo de los peledeístas, será puesta a prueba en esta nueva gestión que les toca encabezar. La sociedad de hoy reclama participación activa en la búsqueda de soluciones a los problemas que aquejan al país, y el PLD no debe negar esa participación. Los sectarismos y radicalismos deben constituir experiencias pasadas. Escuchar al pueblo a través de las organizaciones comunitarias, juntas de vecinos, asociaciones empresariales, grupos de profesionales, etc., debe ser una norma durante estos cuatro años de gobierno. El PLD no puede repetir la conducta de las pasadas autoridades, que simulaba escuchar los reclamos de la sociedad, pero terminaba haciendo lo que les interesaba a su grupo. En la medida que se involucran los distintos sectores sociales en las decisiones importantes del gobierno, en esa misma medida se fortalecen sus aplicaciones, y las soluciones tendrán mayor firmeza.

La sociedad está reclamando de sus políticos ser entes de progreso, no perturbadores de la tranquilidad. Ser agentes activos en la búsqueda de soluciones, no creadores de conflictos. Respetuosos de la institucionalidad establecida, forjadores de acciones con propósitos nobles, no políticos petulantes actuando como si el país estuviese detenido en la Edad Media. El país está hastiado de políticos, y el PLD puede y debe ponerlo en práctica. Hay que desarrabalizar la actividad política para ponerla al servicio del país. El PLD tiene la gran responsabilidad de restituirle credibilidad a los políticos dominicanos, y la sociedad está en el deber de repulsar a los que pretenden seguir participando en la política con el único propósito de obtener beneficios particulares a costa de las principales necesidades de la población. El PLD tiene en sus manos durante estos próximos cuatro años, la reivindicación o la extinción de la clase política nacional.

Las tareas que le esperan al PLD y su presidente Leonel Fernández, son de proporciones que traspasan la cotidianidad. No es posible enrumbar el país por senderos de progreso y estabilidad, si sus políticos andan sumergidos en el fango de la politiquería. Estoy convencido que la inteligencia del Presidente Fernández será puesta al servicio de los mejores intereses de la nación, y los que se opongan a la recuperación del país, utilizando subterfugios trasnochados, será el pueblo que los arrojará al zafacón de la historia. Adelante Presidente Fernández, el país confía en usted.

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