Retos laborales del progreso

Retos laborales del progreso

El Día Internacional del Trabajo nos encuentra en una maraña de retos laborales. Una consecuencia de nuestro “progreso” es que asimilamos abundante mano de obra extranjera, con los haitianos en mayoría, para realizar las tareas más rudimentarias. Pero el mismo “progreso” se encarga de sacar a relucir nuestro déficit en cuanto a recursos humanos tecnificados, tan necesarios para poder navegar en los mares del comercio globalizado. Hay quienes entienden que nuestro déficit en personal calificado, y de paso en competitividad laboral, obedece a que las bajas tasas salariales no estimulan el aprendizaje más allá de lo elemental. Y hablar de justicia salarial es una mala palabra.

En el panorama social hay nubarrones. Lejos de pretender poner las condiciones laborales en armonía con el “progreso” y los nuevos tiempos, una parte del empresariado se empeña en desvertebrar algunas conquistas logradas por el trabajador a fuerza de muchos años de lucha. Hay francotiradores apuntando al auxilio por cesantía y otras prestaciones. Hay quienes aspiran a un Código de Trabajo más “amigable” para el empresariado. Y de otro lado, el Estado no mueve un dedo para castigar a aquellos empresarios que inscriben a sus trabajadores en la seguridad social con salarios muy por debajo del que realmente ganan, con tal de evadir una parte de sus obligaciones en ese ámbito. El panorama laboral está en una maraña de retos.

Por elecciones confiables

Lo más conveniente para nuestra democracia es que las elecciones resulten, no solo diáfanas, limpias y ágiles, sino también y por sobre todo confiables para todos los participantes. Y para lograr esto debe producirse una fusión de voluntades dirigidas a hacer y respetar lo que manda la Ley Electoral y, por supuesto, desterrar lo que ella no dispone. Esto, necesariamente, implica reconocer que la Junta Central Electoral tiene facultades legales y constitucionales para solucionar cualquier evento fuera de orden.

Los días que faltan para el complejo y esperado certamen debemos dedicarlos, todos los dominicanos, a trabajar porque las elecciones del 15 de mayo se inscriban en nuestra historia republicana como las más confiables para todos y un sólido soporte para la democracia que nos hemos dado.

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