Retos y desafíos, después de Noel

Retos y desafíos, después de Noel

SONIA VARGAS
Entre los retos y desafíos que tiene nuestro presidente Leonel Fernández Reyna, el de la movilización a un lugar seguro de los damnificados, es quizás una de las tareas más importantes, pero no menos cierto la más difícil y delicada.

Este problema, que se puede agravar cada día, porque estas personas refugiadas en escuelas y en lugares que habilitaron para refugios, a sabiendas que el país no cuenta con lugares para estos fines, las escuelas donde se encuentran estas personas se están destruyendo, estos refugiados hay que ubicarlos con urgencia, estas instalaciones no disponen de baños higiénicos, ni zonas comunes para el esparcimiento, de manera que después de la estadía de estos refugiados, el problema se va a gravar; estos planteles corren el riesgo de quedar completamente destruidos.

El hacinamiento de estas personas, que al día de hoy se encuentran en diferentes centros escolares, tienen que ser, en el orden de prioridades, la número uno; tenemos un grupo de jóvenes y niños que corren el riesgo de tener un año escolar irregular y deficiente, porque sus planteles están ocupados.

Propongo que en estos lugares se haga un levantamiento, con mucha seriedad, y sobre todo mucho tecnicismo, involucrando profesionales de diferentes áreas del conocimiento humano, como  sociólogos, sicólogos, psiquiatras, investigadores especializados en servicios de inteligencia, para  censar las personas que se encuentran refugiadas, para saber si realmente están allí en calidad de verdaderos afectados por la tormenta. En estos lugares se ha mezclado de todo, el vivo que busca en este tipo de desastre y se refugia para conseguir casas, solares, dinero, apartamentos o lo que sea, pero que están aprovechándose de la triste situación.

Uno de los principales retos de nuestro gobierno es una inmediata gestión, y enfrentar este problema con una claridad y una seriedad que no quede espacio a la menor duda. Señor Presidente, en la medida en que sus compromisos se lo permitan, supervise todas estas obras, porque toda claridad en sus manejos  de ayudas y donaciones, nos harán quedar muy bien.

El tema a debatir después de Noel no es fácil, el reto después de Noel es peor que el paso del mismo; el papel que se tome para solucionar este desastre será decisivo para nuestra República Dominicana, todos están al asecho, a la mirilla, esperando qué pasará con cada una de estas regiones devastadas, y estos grandes retos y desafíos, si se manejan y lo saben utilizar, quedarán muy bien, y los resultados se revolcarán a favor de todos y todas. Pero en todo esto hay que dejar el figureo excesivo y el ego protagónico que quieren mostrar unos que otros.

Que todo se lleve a una discusión , con el mayor nivel  posible y lejos de politizar. Lo que tenemos que encontrar es una solución;  es lo que se espera, es lo que se sueña, mostrar las verdaderas bondades, lejos de aspiraciones y vanidad.

El hecho es solucionar los gravísimos problemas de un país que ha colapsado. Cualesquiera que sean las soluciones a todos estos puentes, infraestructuras y desarrollos viales. Sabemos que serán muy costosas; vamos a construirlas, pero hacerlas de una manera que un próximo «hermanito» de Noel no se las lleve todas de nuevo; vamos a hacer obras duraderas, que sean seguras frente a vientos y mareas.

Un primer paso sustancial para encararlos es el de asegurar y dejar de lado toda ambición y procurar estar unidos todos, en un solo cuerpo, fuera de todos proyecto personal; lo que está en juego es el país, son esos niños, y niñas, ancianos, madres solteras: lo que está en juego es la dignidad que debe tener todo ser humano en una sociedad, en un país, en un Estado. Trabajemos para éstos, que ellos en estos momentos lo que les importa es que sus vidas sean reconstruidas; estos niños y niñas, huérfanos de todo, y sin derecho a nada, con un mañana que no saben que existe y con un futuro que no sabe si lo alcanzarán, porque puede ser que el hambre, la insalubridad y la miseria se los lleve, sin saber siquiera porqué.

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