Lima.– El dilatado retraso en la ratificación de la reforma del sistema de gobierno del FMI y las dudas sobre los riesgos financieros en la economía global fueron los principales temas de debate a la conclusión hoy del Comité Monetario y Financiero (IFMC, por su sigla en inglés) de la institución.
“Espero que las autoridades de EE.UU. sepan apreciar la necesidad de reformar una institución multilateral en la que han participado de manera activa desde su creación y a lo largo de los años”, sostuvo Christine Lagarde, en la rueda de prensa tras la plenaria del IFMC, el principal órgano ejecutivo del Fondo, en Lima.
Lagarde recalcó que “es un problema para la representatividad y credibilidad de la institución, particularmente con los países infrarrepresentados».
Las reformas, que incluyen dar un mayor peso de los mercados emergentes en la estructura del Fondo y la dotación de financiación adicional por parte de los países miembros, recibieron un rotundo respaldo inicial de EE.UU. en noviembre de 2010.
Sin embargo, el Congreso estadounidense ha sido incapaz aprobarlo desde entonces, lo que ha bloqueado la reforma del sistema de gobierno del Fondo y provocado una creciente malestar entre los mercados emergentes.
Al lado de Lagarde, compareció en rueda de prensa el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, quien ejerce como presidente del Comité Financiero y Monetario del Fondo.
Carstens reconoció que “las incertidumbres y la volatilidad de los mercados financieros han aumentado, a la par que las previsiones de crecimiento de medio plazo se han debilitado».
Por su parte, las economías avanzadas, que dijo han experimentado una recuperación “modesta” en los últimos años, “todavía pueden sufrir una recaída, particularmente si la demanda global se ralentiza aún más y las obstáculos a la oferta no son eliminados».
La ralentización de China, que llegó a la cumbre como una de las principales preocupaciones tras los estallidos bursátiles y la devaluación del yuan de agosto, ha sido vista como una evolución “positiva” y “saludable”, por lo que tiene de reequilibrio de un modelo excesivamente volcado hasta ahora en las exportaciones.
Los cálculos del Fondo apuestan por una transición suave en el gigante asiático- con un crecimiento del 6,8 % este año y un 6,3 % el próximo. En el flanco latinoamericano, las dudas se concentran sobre la gran economía regional, Brasil, que encadenará dos recesiones consecutivas en 2015 y 2016 (-3 % y -1%, respectivamente).
Carstens reconoció que había sido uno de los países cuya compleja situación había sido tratada, aunque no exclusiva, en el encuentro en el que participaron los 188 países miembros del organismo.
“Latinoamérica está preparada para absorber los choques externos, pero recordamos a los países que pese a ello no es momento para ser complaciente”, agregó el banquero central mexicano, en referencia a la espera subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal de EE.UU. y la salida de flujos de capital desde la región que están elevando la presión sobre las divisas locales.
Con motivo del regreso de la Asamblea Anual, su principal evento, a la región después de casi medio siglo de ausencia, Lagarde afirmó ayer jueves que la región se encuentra en un “terreno mucho más sólido” que hace 15 años, y remarcó que también la institución había modificado su enfoque, para ofrecer menos recetas y más apoyo. La última reunión del FMI en América Latina se produjo en Rio de Janeiro, Brasil, en 1967.