Retrato de Margarita, yerros del PRD

Retrato de Margarita, yerros del PRD

La petición del PLD para que la foto del candidato  vicepresidencial se incluya en la boleta, junto a los yerros que viene cometiendo el PRD, permite calificar esta campaña electoral como dominada por competencia de errores más que de propuestas y promesas para resolver problemas; abonando así las posibilidades de otras opciones.

Más aún ante la dificultad de los partidos dominantes del escenario de proponer respuestas innovadoras para solucionar problemas en medio de una crisis internacional originada por concepciones similares a la que asumieron al gobernar caracterizadas por expansión de gastos, descuido de su calidad y endeudamientos.

La propuesta del PLD sobre incluir la fotografía del vicepresidente en la boleta, aparentemente inspirada en imponer la primera dama, es susceptible de interpretarse como que la del candidato presidencial resulta insuficiente para asegurar el triunfo; cuestiona el posicionamiento pregonado, reconoce que se necesita una inyección de simpatía y popularidad para neutralizar la adustez del candidato. 

Sugiere intenciones de medir por separado la popularidad de componentes del binomio que podrá traducirse en un conflicto de competencia sobre quién será la figura predominante o si existirán dos copresidentes; amenazando la coherencia, líneas de mando y eficacia de la campaña y envía mensaje confuso de quién sería el verdadero gobernante.

Como es evidente los deseos de imponer la primera dama, por sus acciones  y presencia en actos oficiales y en medios, y ante la inexplicable indecisión del candidato que no acaba de escogerla, las interrogantes aumentan hasta comentarse, en los mentideros políticos, la intensificación de la campaña  del candidato con el propósito de aproximarse al 50% para justificar que no es necesario ese refuerzo gubernamental.

Por el lado del PRD, los yerros parten del aparente divorcio del partido y la candidatura, propuestas para disolver el binomio en desconocimiento del carácter del candidato, apoyo a escogencias de dirigentes gremiales inapropiados como el universitario, pasividad para refutar criticas subliminales financiadas con fondos públicos mediante espacios pagados por el gobierno  comparando datos por períodos gubernamentales, poco ejercicio  opositor  efectivo en instancias vitales como el Congreso Nacional, no azuzar declaraciones del candidato oficialista como si fuera opositor sin conminarlo a precisar cotidianamente qué está bien o mal o no se hace.

Y no resaltar contundentemente errores gubernamentales relacionados con inseguridad, inconformidad e indignación ciudadanas, pretensiones conminatorias para que  empresarios violen leyes, quiebra de productores quebrados y hastío de consumidores.

Aprovechar esta competencia de errores  requiere de las agrupaciones llamadas a aprovecharlas, principalmente el PRSC, de preparación para filtrarse por fisuras dejadas por  los partidos dominantes; para lo que siete meses resultan más que suficientes.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas