Retrospección política sobre Venezuela

Retrospección política sobre Venezuela

Teófilo Quico Tabar

Para entender políticamente lo que ocurre en cualquier lugar del mundo, es preciso conocer lo que ha sido su historia. El comportamiento de sus líderes y partidos. Y en el caso de Venezuela, tan ligado históricamente a nosotros, es preciso recordar lo acontecido, por lo menos durante más de medio siglo. Porque de ese retrato del pasado, aun habiendo un trecho tan largo, con tantos cambios y tecnologías nuevas de por medio, ayudan a tener un cuadro, aunque con tonalidades diferentes, pero en cierto modo aproximados de lo que podría suceder.
60 años atrás, en el 1958, la oposición venezolana se vio en la necesidad de formalizar el conocido Pacto de Puntofijo, con el fin de ponerle término al régimen del dictador Marcos Pérez Jiménez. Dicho Pacto fue firmado por los partidos: Acción Democrática, COPEI y URD.
Entre los principales líderes que acuñaron dicho pacto estaban: Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba. Luego de terminada la dictadura hubo cortos gobiernos provisionales, pero de los tres partidos firmantes, los dos primeros, Acción Democrática y COPEI, prácticamente se alternaron en el poder mediante elecciones por cuarenta años. A partir del 1999 solo han gobernado Hugo Chávez y Nicolás. Maduro.
Pero Pérez Jiménez, quien abandonó su país y entre otros lugares estuvo aquí en la República Dominicana, se mantuvo activo en el exilio. Después fue extraditado por los Estados Unidos a Venezuela, donde cumplió varios años de cárcel. Pero 10 años después, en 1968, por poco se cuela como senador de la República. Siendo evitado por una decisión de la Suprema Corte de Justicia. Más tarde, en el año 1973, con cierta popularidad, fue postulado como candidato a la Presidencia, pero se aplicó una enmienda para inhabilitarlo.
Con esto quiero señalar, que si una de las salidas que se pueda lograr entre las partes, es la de que Maduro abandone el poder y se le dé paso a un gobierno provisional, que en corto o mediano plazo convoque elecciones, en dicho proceso electoral, muy bien podría estar presente el sentimiento chavista, con uno de los dirigentes, civil o militar, portaestandarte de ese pensamiento.
Porque he reiterado en varios de mis artículos que la oposición venezolana, como muchas otras del continente, es heterogénea. Lo que no es criticable desde el punto de vista de los objetivos de los partidos, candidatos o grupos que apoyen a los mismos. Porque es parte del juego democrático, las ideas y los intereses. Pero desaparecido el objetivo principal, cada quien tiene la tendencia a buscar su propio destino.
En el caso venezolano, el objetivo principal de Acción Democrática, COPEI y URD con Puntofijo en 1958, fue sacar del poder a Pérez Jiménez. Pero logrado el objetivo fundamental, cada partido, con líderes, programas e ideologías distintas, tomó su propio camino, y postularon sus propios candidatos.
Si la oposición venezolana y los sectores de poder actuantes lograsen su objetivo de sacar a Maduro del poder, nadie sabe si continuarán juntos o separados. Como tampoco, si el chavismo se mantendría cohesionado. Pero la historia está ahí.

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