Reunión en Cartagena

Reunión en Cartagena

FRANKLIN BÁEZ BRUGAL
Regresé recientemente de un viaje que realicé a Cartagena, Colombia en donde participé en la XVII reunión plenaria anual del Consejo Empresario de América Latina (CEAL) como uno de los delegados de la República Dominicana.

Cartagena me impresionó por la belleza y conservación de la parte colonial de la ciudad, el casco antiguo tiene unas dimensiones muy superiores al nuestro, conservándose prácticamente en su totalidad la muralla que lo protegía cuando los españoles dominaban esos territorios. Sus calles se encuentran todas adoquinadas, adornadas por los balcones que llenos de flores se suspenden en gran parte de las casas coloniales que todavía exhiben con orgullo sus rasgos hispánicos.

No sólo la singular belleza de Cartagena llamó mi atención durante los días que allí permanecí, ésta es según me informaron la ciudad más segura de Colombia, los delegados circulábamos a cualquier hora de la noche sin ningún tipo de protección especial y nadie sufrió problema alguno. Se percibe una intensa vida nocturna, tanto en la parte antigua como moderna de la ciudad; allí no existen horarios restrictivos para bares, discotecas, colmados o restaurantes, y pese a la historia de violencia que tiene Colombia, los centros de diversión continúan funcionando con normalidad.

Existe una buena cantidad de taxis que operan con gran eficiencia, todos están pintados del mismo color, con placas en la parte delantera y trasera del vehículo, teniendo los mismos números de la placa reproducidos en grandes caracteres tanto en el techo como en las puertas para que puedan ser identificados sin problemas. Creo que sería muy conveniente establecer el sistema de reproducción de los números de las placas, para todos nuestros vehículos de transporte público. Sus conductores son personas educadas, limpias e instruidas con un gran conocimiento de la historia de la ciudad.

La reunión del “CEAL” fue muy interesante, el Presidente Alvaro Uribe pronunció el discurso inaugural, y durante su intervención fue realmente admirable la imperceptible seguridad que existió en el salón de actos.

Luego participaron como expositores de diversos temas de actualidad José María Aznar, Andrés Oppenhaimer, la ministra de Educación de Colombia, Cecilia María Vélez; el presidente de Petrobrás de Brasil, y varios otros empresarios y expertos. Aunque el programa se caracterizó por la diversidad de temas que abarcó, fue notorio el interés por los problemas energéticos, la geopolítica, el fenómeno chino y la educación.

Los asuntos relacionados con el petróleo consumieron varias horas de discusión, durante las cuales se trató de analizar, tanto las proyecciones de la cantidad de petróleo existente en el mundo, como la viabilidad de los diferentes tipos de energía alternativas, llegándose a la conclusión de que existe más petróleo de lo que se creía, y de que a las energías no contaminantes aún le falta tiempo para su utilización masiva.

Se resaltó la pérdida de importancia estratégica que en los últimos tiempos ha sufrido Latinoamérica frente a los Estados Unidos, debido a las nuevas prioridades que tiene esa nación, con todas las consecuencias que esto trae para nuestros países.

Fue evidente el interés que tiene para todos lo relacionado con China y su milagro económico. En pocas palabras podemos afirmar que hubo consenso en que China cambia rápidamente, y con sus acciones cambia la conformación económica del mundo actual, y quien no entienda esta realidad, sin duda tendrá serios problemas en el futuro.

La importancia de la educación y la experiencia de Colombia fue el tema desarrollado de manera brillante por la ministra de Educación de ese país. Las discusiones posteriores a su intervención, y el conocimiento de los resultados de un estudio sobre “Buenas Prácticas de Educación Básica en América Latina”, permitieron llegar a la conclusión de que a pesar de que existe consenso en que la educación es la fuerza motriz del progreso y el desarrollo, la experiencia ha demostrado que la falta de visión a largo plazo de muchos gobernantes, han dado como resultado una educación de mala calidad, que fomenta las desigualdades y la inequidad, propiciando que la región se mantenga en el atraso.

Parece ser, que salvo pocas excepciones, al igual que en la República Dominicana, a los gobernantes de Latinoamérica no les ha interesado que la educación sea el vehículo mediante el cual se llegue a una “sociedad próspera, igualitaria y democrática”. Esperamos que después de tanto hablar y escribir sobre el tema, se produzca el cambio, y al fin puedan llenarse las expectativas de millones de personas que todavía esperan que la educación les brinde la esperanza de cambiar su forma de vivir.

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