Las elecciones han pasado, sus resultados todos los conocemos, quedan ahora los resabios y las contradicciones, la realidad que se cierne de repente ante cálculos y suposiciones. Esta realidad normalmente inicia cuando el mapa del país, el 17 de mayo, cambia de color; esa es la tradición.
Mientras la transición genera todas las informaciones y contradicciones de lugar, la población hastiada de informaciones negativas en salsa de apagones, asiste impávida a todas las revelaciones que hacen los medios de información pública (televisión, especialmente) sobre los orígenes de la crisis económica y sus ramificaciones pútridas, antes escondidas.
De repente, lo que debía ser una transición tranquila, como lo deseaba la población, se ha convertido en el epicentro de informaciones y rumores públicos, que más que calmar a la población insisten en agregar más inquietud y nerviosismo a la población, hecho mismo que resulta agotador e indignante.
Curiosamente, estamos viviendo una transición cargada de revelaciones y malos augurios; tendría uno la impresión de que el nuevo gobierno, más que a gobernar o resolver, según mandato electoral, se dirige, a partir del 16 de agosto, a un cadalso inevitable.
[b]Así las cosas, he aquí la siguiente perspectiva: [/b]
[b]1.- UNA TRANSICIÓN CON APAGONES Y AUGURIOS ECONOMICOS NEGATIVOS, ASEGÚN ESPECIALISTAS@… [/b]
La percepción en la calle es que la transición se hace larga en la medida en que se agregan mayores pronósticos de imposibilidad de realización y la reforma fiscal se maneja como pelota de volibol que va a un terreno y a otro.
Me parece que la libertad de expresión no se debe vulnerar y que si hay unos Aespecialistas económicos@ que desde los canales del Estado quieren hacer vaticinios, que lo hagan. Lo que no luce es la caza de brujas. Ahora bien: esos mismos Aespecialistas económicos@ tendrían públicamente a la nación dominicana, con sus travesuras y compromisos, sus Aasesorías y estudios@, sus labores y beneficios en nombre de una profesionalidad que tiene alarmado a todo el mundo, profesionalidad invocada como escudo para el aprovechamiento con título de un país derrotado por el hambre y el mal padecimiento, Apateada como una adolescente en las caderas@, según el vate Mir.
Quizás lo que llama más la curiosidad es que estos profesionales de la economía, apoyaron, como era su derecho, la reelección, y queda claro una vez más que no fue por amor al honorable Presidente de la República, Hipólito Mejía.
Se hace evidente ahora que los empeños reeleccionistas de Dauhajre & Escuder, en la búsqueda interactiva de una legitimización popular, han tenido por meta la utopía material del pago en dólares, por Aservicios@, que de nuevo hemos pagado todos.
Se daba por supuesto que Dauhajre & Escuder habían perdido las elecciones y que con flamante educación norteamericana se habían habituado a respetar ese protocolo elemental del que pierde, dejar vía libre a los otros, a los que vienen, sean de nuevo salvadores o destructores.
No conforme con toda la información del despilfarro, no conforme con la evidencia de todas las urdimbres, ahora como malos perdedores esta joven muestra Ade la nueva profesionalidad@ trata de socavar el paso con augurios economicistas lóbregos al gobierno electo.
Es una venganza extraña, como sus opciones políticas perdieron las elecciones, Dauhajre & Escuder nos enseñan ahora lo malo y oscuro que deberá ser el futuro.
La audiencia escucha a los reyes magos de la economía dominicana, planificadores, futurólogos de miserias previamente planificadas por ellos mismos, pagados por todos nosotros. Es tan bonito así…
En todo eso, el catolicismo social de uno de los involucrados no ha dado suficiente luz para entender que su profesión no escapa a la cacareada vocación de fe ante la realidad de los pobres, según la doctrina social de su Santa Madre Iglesia, pequeña memoria de sepulcros blanqueados de ostias tragadas como aldabas, en la más perfumada de las santidades.
Pierden de vista que la nación está cansada, harta de estos teatreros que mientras fingen ser Robin Hood fiscales, tienen sus agendas individuales escondidas.
Si lo importante es mirar hacia adelante, buscar soluciones, con estos exquisitos sepultureros de esperanzas, es imposible, ellos tienen los deberes de la defunción del futuro: augurios para destruir ilusiones, pensando que los mismos los dirigen a sus adversarios políticos y no al país entero apesadumbrado y trémulo.
[b]2.- LA ENTREVISTA DE LUIS ALVAREZ RENTA, REVELACIONES NO REVELADAS: LAS ENTRETELAS DEL PODER, EL DINERO Y LA IRRESPONSABILIDAD SOCIAL. [/b]
El jueves 3 de junio, en la mañana, el programa Hoy Mismo, conducido por César Medina y su equipo (Cristian Jiménez y Yolanda Martínez) entrevistaban al economista y asesor financiero Luis Alvarez Renta.
En este caso, estoy frente al televisor y me distancio, de unos y otros.
Observo que los comunicadores hacen lo mismo que yo, en cierta manera, para que la entrevista más que un diálogo se convierta en un largo monólogo televisivo.
El entrevistado, mientras discurren sus palabras y discretas sentencias, dibuja un panorama, y en ese panorama actores públicos y otros sugeridos, aparecen. Lo que fue el espectáculo del 2003, retreta de lamentos financieros y pulsos entre sector público y sector privado (bajo nombres de protagonistas y antagonistas, de todos conocidos) se comienza a dibujar de nuevo en la pantalla de nuestras conciencias, a la luz de estos datos revelados, así de repente.
La profundidad del relato televisivo, los silencios que eran palabras, los detalles implícitos, la lucidez y agudeza del narrador, llenan de interés todos los planteamientos.
No olvido, como simple espectador, mientras escucho el relato, que la República Dominicana vive en un proceso de transición, preñado de incertidumbres que no debieron ser, si los que perdieron las elecciones hubieran previsto también la posibilidad de esa derrota.
Como no fue así, todas estas revelaciones justo en este proceso, se convierten, nos guste o no, en un elemento de tipo financiero económico que incidirá en la transición.
Al margen de la situación judicial de Luis Alvarez Renta, al margen de polémicos comunicados de grupos legales, a un espectador que piense con la frialdad que otorga el cristal de la televisión, no escapa la idea que martilla la imaginación, de que todos esos detalles, son en cierta medida una colaboración pública, un indicador, a las nuevas autoridades que deberán asumir la cosa pública, para que abran los ojos.
El monólogo televisivo de Alvarez Renta tiene como fin no homologarse, dibujar el marco de sus responsabilidades y de paso, crear un perfil de su importancia en gobiernos post Hipólito Mejía.
En las películas norteamericanas, blanco y negro de rigor, de los años 40, los testigos actores de hechos enmarañados, cuando manejaban una información que los colocaban entre los límites del silencio cómplice o la confesión pública a riesgo de muerte, cuando se elegía el último camino se hacía con la tranquilidad de una confesionalidad en cuyo contenido profundo, hecha motus proprio, la comunidad tenía la posibilidad de encontrar los cabos sueltos de graves situaciones primero manejadas por la astucia del rumor público y luego confirmadas a medias por el espectro mediático dominicano.
En esa entrevista, repetida de nuevo el jueves 10 de junio en ese mismo programa, Alvarez Renta se sabe protagonista, se sabe facilitador de una información, como cabo suelto, que ha permitido armar el puzzle, rompecabezas de una historia que todos estamos pagando.
Pero no habrá que olvidar, que en situaciones como estas, también el protagonista puede elegir el curso de su confesionalidad, medir su efecto y crear los espacios de credibilidad y no credibilidad, según interés personal.
La serenidad del relato, los minuciosos detalles y los alertas contenidos, convierten la entrevista de Luis Alvarez Renta en una importante pieza de análisis del acontecer nacional.
Debe meditarse: estas confesiones públicas justo en este momento de transición tienen un efecto muy diferente, a si se dieran después del 16 de agosto, donde las expectativas contra la impunidad tienen contra la pared al futuro nuevo gabinete y al futuro partido de gobierno.
Sin embargo, mientras escucho la voz pausada y tranquila del licenciado Alvarez Renta, pienso en la responsabilidad social de quienes tienen como trabajo organizar el destino del dinero, con fines de reproducción, pienso en el manejo de sumas cuantiosas y el imaginario de estas personas cito en el país donde viven y operan, en este caso la República Dominicana, pienso también si al final toda esta gente que brega con dinero, no pierden ellos mismos el sentido social de la realidad del país donde viven.
Confirmo con esta entrevista, de una vez por todas, que el gélido planeta de las cifras, que el olor del dinero (no estoy satanizando) y sus posibilidades, crea visiones muy encontradas con la realidad, organizada de un cerco de conciencia en el cual la realidad tiene dos dimensiones y en el que posiblemente, la miseria real no es más que un lejano estímulo a la acumulación desmedida, para nunca entender, a fondo, la realidad de los más, esos que nunca tendrán ni el escenario ni la audiencia del licenciado Luis Alvarez Renta.
[b]3.- FINALMENTE: REVANCHISMO Y POLITIQUERIA RESENTIDA, NO PUEDEN NI DEBEN HUNDIR MÁS ESTE PAÍS.[/b]
Daría la impresión de una ceguera barata y mediocre, daría la impresión de un no entendimiento, de que la gente en general está harta de esta maldita garata politiquera.
Que la lectura no peledeísta del largo 57% nos indicaría que las añoranzas de las personas andan por otros lados.
La gente, que ha sufrido tanto con rigores y augurios funestos, que se han apretado el cinturón crujiendo los dientes, tendría derecho, al menos, a que no le sigan hablando pendejadas de un futuro oscuro, porque no habría que ser tonto para entender que todos esos augurios tendrían como fin crear desaliento en una masa, para que la gente termine dando una lectura pesimista a su opción masiva en las elecciones pasadas.
Es como decirles: ANo fuñan, total, votaron contra el gobierno y al final se jodieron, porque no habrá buenos tiempos A…
Esta interpretación no me la invento, se nota un gran sesgo revanchista que a quien más daño hace al final, es al propio PRD: porque le retarda su intento de recomunicación con la sintonía popular perdida.
Claro está, la apuesta es a la pérdida de memoria, a la picazón del estómago y el estímulo de los colectivos representados en las urnas y derrotados también.
Nunca antes una nación quiso tanto que le dieran un mínimo de sosiego, porque justo en medio de esta crisis, todo revanchismo posible no se hace contra el PLD o Leonel Fernández, ese es otro pleito, se hace contra el estado de deterioro del país y la desesperación social general.
Si el fanatismo político impide ver esta realidad, sería una lástima, porque de lo que debemos estar seguros es que siempre, pero siempre, las naciones y los conglomerados están por encima de las reyertas politiqueras y las vendettas de pillos distinguidos.