POR JUAN J. PÉREZ BELL
Tradicionalmente la receptoría ha sido una posición destinada para jugadores que tengan destrezas especiales en la defensa: brazo fuerte y certero, resistencia, habilidad en la conducción del pitcheo y otros intangibles.

Justo por el gran sacrificio físico y mental que demanda el jugar en la posición número 2, a los catchers nunca se les ha exigido grandes aportes a la ofensiva, razón por la cual a través de la historia son muy pocos los que han sido reconocidos por ser bateadores temibles.

Una evidencia de esta realidad, es el hecho de que sólo 2 recibidores han terminado una campaña conquistando el título de bateo, Ernie Lombardi, en las temporadas de 1938 y 1942, y  Joe Mauer el año pasado.

Pero en esta estación, algo inusual esta sucediendo. Varios receptores se han colado entre los bateadores con promedio por encima de los .300 puntos, cosa que llama poderosamente la atención.

El propio Mauer, de los Mellizos de Minnesota, viene de una campaña en la que promedió .347, para así convertirse en el primer jugador de su posición que gana un liderato de bateo en la Liga Americana, y parece que este año no quiere quedarse atrás, pues hasta el momento batea para .353.

Otro que supera la marca aristocrática, es Jorge Posada de los Yanquis de Nueva York, que promedia un robusto .365, fruto de 42 indiscutibles en 115 visitas al plato.

El venezolano Victor Martínez, perteneciente a los Indios de Cleveland, ha quemado el pitcheo de la Liga Americana, y su average de .324 así lo demuestra.

El joven mascara de los Dodgers de los Angeles, Russell Martin, continua con su ascendente carrera y este año batea para .318, siendo parte fundamental en la ofensiva de su equipo.