Apocalipsis es el libro más temido de la Biblia e incomprendido por muchos. La razón es que está conformado por imágenes y un lenguaje bastante extraño.

Su autor fue Juan, último discípulo de Jesús, y quien escribió el cuarto evangelio y tres cartas.

Era el pastor de la iglesia de Éfeso y fue desterrado por el emperador Domiciano a la Isla de Patmos, un lugar rocoso, de poca extensión y a donde eran llevados a los considerados enemigos de Roma.

Desde el capítulo uno hasta el tercero se presenta la naturaleza del libro y las condiciones de las iglesias hasta entonces-aunque cada una representaba la historia general futura de la iglesia-.

Es a partir del capítulo cuatro que las cosas se tornan difíciles.

Desde entonces vemos siete sellos, siete ángeles con siete trompetas y siete ángeles más con siete copas en sus manos.

Cada uno de ellos representa un juicio de Dios sobre la tierra a causa de la maldad y de los pecados de los hombres.

Estos actos son literales. Indican que habrá hambre, guerra, enfermedades terribles, fenómenos atmosféricos que dañarán las aguas de la tierra y de los mares, provocando la muerte de vidas acuáticas y causando serios daños al comercio marítimo.

Desde el capítulo trece se profetiza la llegada de un gobernante mundial.

Pero será un personaje perverso, ambicioso, degenerado y provocador de grandes conflictos entre naciones.

Los capítulos 17 y 18 informan que habrá un giro grande dentro del capitalismo y el comercio mundial.

Habrán religiones, pero bajo la hegemonía y control del Estado y tendrán como base el rechazo a Dios.

Apocalipsis es la demostración del total fracaso humano en su intento de hacer las cosas a su manera y poniendo a Dios bien lejos de sus planes.