CLEVELAND.- Hace un tiempo, cuando Pedro Martínez todavía era un hombre querido en Boston, antes que los hombres que forman opiniones y llevan encuestas decidieron que él representaba todo lo que era codicioso y vulgar en el béisbol, hubo discusiones de si se convertiría en el jugador mejor pagado en haber usado el uniforme de los Medias Rojas.
Esta era la primavera del 2003, cuando venía de una temporada de 20 victorias en el 2002, una respuesta espectacular a aquellos que se preguntaban si la lesión de su hombro de un año atrás era el comienzo del fin.
Las discusiones alrededor de una nueva extensión a largo plazo fueron motivadas principalmente por esto: Le debían US$17.5 millones en el 2004 si el club ejercía una opción de contrato y con Manny Ramírez recibiendo US$20 millones por año, se pensó que Martínez aspiraría a eclipsar a su compañero y jugador más remunerado de Boston.
Cuando las negociaciones se rompieron ese abril, y el club ejerció la opción para el 2004, Martínez insistió que nunca pidió el dinero de Manny o algo parecido. Estaba dispuesto a tomar mucho menos, clamó, y dijo que la gente se sorprendería al escuchar lo que estaba dispuesto a tomar.
De acuerdo a una fuente, Martínez pidió un contrato de tres años y una opción, que le habría pagado entre US$2 millones y US$3 millones menos que lo que recibe esta temporada y US$500,000 menos que el contrato de Randy Johnson con los Diamondbacks de Arizona.
La fuente fue vaga sobre si Martínez estaba dispuesto a tomar menos que los US$15 millones recibidos por Johnson en el 2003, o los US$16 millones que le pagarán en las próximas dos campañas, pero era una reducción notable.
La fuente repitió el alegado de Martínez que la única razón por la que los Medias Rojas ejercieron su opción de US$17.5 millones es que era la única manera de asegurar su contrato en el 2003 y 2004, algo que Larry Lucchino negó.
Se mantiene que los Medias Rojas no han hecho una nueva oferta a Martínez y por eso es que el dominicano decidió revelar que no negociará más e irá a la agencia libre al finalizar la temporada.
Llamen a los jugadores codiciosos si quieren, pero no se equivoquen: los Medias Rojas están jugando un béisbol duro.
Versión (Dionisio Soldevila Brea).