Tras 26 años frente a la Iglesia Episcopal Dominicana, el obispo Julio César Holguín entrega el sábado su titularidad en la congregación, para dar paso a su sucesor el reverendo Moisés Quezada, que será entronizado el sábado en una ceremonia en la Catedral de la Epifanía.
Holguín asegura que se va satisfecho de la labor realizada, ya que al pasar balance se encuentra con que deja la Iglesia Episcopal Dominicana con una ampliación considerable de los centros educativos y con una expansión importante, en términos de territorio.
“Este periodo nos ha permitido establecer nuevas escuelas; teníamos siete en toda la diócesis, ahora tenemos 29 y otra en proceso. La iglesia se ha extendido donde antes no teníamos obra misionera como la frontera en Dajabón, Jimaní, Mao y también tenemos en Azua, Barahona y nuevas misiones en Puerto Plata”, expresó.

Entiende que la Iglesia ha seguido su camino aunque permanecen desafíos en términos de evangelización, servicio y derechos humanos.

“Ha sido una iglesia muy activa y dinámica. No somos proselitistas sino una iglesia abierta a todas las personas. Hemos establecido una línea en favor de los derechos humanos, los inmigrantes, la democracia, contra la corrupción y la impunidad”, agregó.

Corrupción desmedida. Con pesar, el obispo Holguín señala el incremento descontrolado que parecen tener los casos de corrupción en el país, que cada vez más sacan partido a la ineficacia del sistema y terminan en impunidad.

“La corrupción sigue su curso y no veo en lo inmediato que pueda parar. Para eso se requiere mucha voluntad política, pero esto se hace ya parte de nuestra cultura”, indicó.

Reflexiona que desde la dictadura del tirano Rafael Leónidas Trujillo hay corrupción y el sistema no ayuda a que la situación mejore en ese aspecto.

Criticó el hecho de que cuando se instrumenta un expediente le quedan muchas lagunas y eso le da facilidad a los violadores de la ley para quedar en libertad.
Dijo que en lugar de tratar de dar un ejemplo se le lfacilita a los delincuentes quedar en libertad.

“Tenemos un modelo de Estado donde tenemos que decir que el Presidente, el Congreso y el Poder Judicial es del partido de turno y tienen control para elección de los miembros Poder Judicial. Tenemos un Poder Legislativo olvidado de su rol, con modelo asistencialista. Se ve a legisladores buscando para su gente en lugar de centrarse en legislar. Están en otra cosa”, expresó.

Consideró que los movimientos sociales que se levantan, como la Marcha Verde, ayudan y merecen seguir siendo apoyados, pero aun no han logrado llegar a un punto donde pueda haber sanidad, “es necesario insistir en este aspecto”.
Sobre la mujer. Otro tema en que Holguín lamentó que pese a los esfuerzos no ha visto en sus años de labor pastoral avances es en la violencia de género, donde cada vez se ven más casos.

Dijo que desde su punto de vista percibe que se quiere frenar la ocurrencia de casos pero no se hace lo que se tiene que hacer.
“Todos tenemos una responsabilidad pero tiene que haber un movimiento social que involucre a las iglesias porque por la situación se ha incrementado. Mire el mes de octubre”, señaló.

Consideró que el abordaje se debe iniciar en las escuelas y en el hogar con los niños pequeños, para formarlos con una mentalidad distinta.

Enlazó la situación con los embarazos en adolescentes, tema en el que entiende que el Estado debe asumir sus posiciones independientemente de lo que pueda pensar la Iglesia. “Si hay que incrementar la educación sexual es necesario que se haga esto, porque cuando uno ve las estadísticas de las embarazadas adolescentes es muy alto”.

Sobre el tema del aborto y las tres causales dijo que se han aceptado en muchos países y entiende que se debe dejar al Estado que maneje esa parte y la Iglesia manejarse en los temas que les corresponde.

“Es un tema del Estado y las iglesias tienen que manejarse en lo que les corresponde porque no podemos mezclar demasiado cosas. Las iglesias no deben estar poniendo peros a medidas que pueden ayudar a resolver un problema tan marcado como el de las adolescentes. Dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Trabajamos con la parte que corresponde como seguimiento pastoral, no nos corresponde juzgar sino velar porque las almas se salven”, puntualizó.

Pobreza. El obispo Holguín aspira a que el país registre una salida real de la pobreza, porque hasta ahora observa en desplazamiento, pero en base al asistencialismo.
“La pobreza es un aspecto que se trata de encubrir. Aspiro a que el Estado cree las condiciones para que las personas puedan generar sus ingresos. Si vamos a hablar de superar los niveles de pobreza deber ser por ahí que se inicie”, manifestó.