El director ejecutivo del Foro Permanente por la Paz Política y Social, reverendo Domingo Paulino Moya, aconsejó hoy al presidente del Partido Revolucionario Dominicano  (PRD), Miguel Vargas Maldonado, a reflexionar y procurar un manejo prudente de la crisis que afecta ese partido, cuyo patrimonio es indudablemente un  equilibrio democrático que necesita la República Dominicana.

Paulino Moya dijo que al país no se le puede cargar de más conflictos, porque está saturado por el aumento de la delincuencia y el crimen que amenaza con quitar el sosiego tradicional de la familia dominicana, por lo que entiende que de proseguir la lucha interna en ese partido, podría provocar acciones de violencia si se quiere proseguir con el proceso de impulsión que invalidó el tribunal superior electoral.

Sostuvo que las declaraciones del dirigente del partido blanco Tirso Mejía Ricart en la que dice que la solución a la crisis de este partido es movilizarse y repudiar las acciones de Vargas Maldonado, crean preocupación a la comunidad cristiana del país y son los motivos por lo que aconsejó al excandidato presidencial del PRD  a no procurar una ganancia política que a la larga no será provechosa para su futuro político ni al país.

Expresó que el país no necesita situaciones políticas que podrían generar violencia y perturbar el principio del despegue del gobierno de Danilo Medina, por lo que tampoco ve prudente que se desate un caldo de cultivo que alimente las protestas en repudio al paquetazo fiscal y otras demandas reivindicativas.

Asimismo, el reverendo Paulino Moya dijo que para que permanezca la existencia del PRD hay que disponer de una actitud positiva tanto de Vargas Maldonado como del expresidente Hipólito Mejía para que este partido, que ha hecho grandes aportes a la democracia dominicana, pueda sobrevivir a la crisis que le afecta.

Abogó para que el PRD realice en democracia un proceso eleccionario interno en donde pueda imponerse la regla de juego de las mayorías y así pueda resultar favorecido con la unidad de todas las fuerzas que compiten por el control de esa entidad política.