Todavía una gran parte de los ciudadanos dominicanos no terminan de salir del asombro por la repentina llegada al país de Quirino Ernesto Paulino Castillo, claro, los que se asombraron. Independientemente con cuáles objetivos haya regresado el confeso narcotraficante, su truculenta entrada es una evidencia de que cuenta con algún respaldo.

No obstante, desata una serie de interrogantes desde la entrega de pasaporte, su arribo a territorio dominicano en horas de la madrugada y que posteriormente fuera escoltado por un raso del ejército al bajar del avión.

¿Tiene Quirino el apoyo del gobierno de la República Dominicana o de los Estados Unidos en sus acciones? Si dudas que se han creado lagunas mentales que requieren una investigación y un análisis riguroso sobre ese caso.

Seguridad. Es sumamente sorprendente, que el almirante Sigfrido Pared Pérez, director del Departamento Nacional de Investigaciones (DNI), le diga a esta población, que si Quirino pide seguridad se la darán. Con los niveles de inseguridad que se vive en el país, que por cierto estamos dentro de los más inseguros del mundo. ¿Y el resto de los ciudadanos qué?

El Estado debe garantizar la seguridad a todos los dominicanos, no a uno en específico, y menos a un ex convicto. Si vamos a caer en esa práctica, entonces, revisémonos.

Candidatura.Aún se desconoce si el capo del sur tiene aspiraciones políticas, pero han surgido comentarios de que éste podría optar por buscar la senaduría de Elías Piña. Apropósito de eso, el presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario Márquez, dijo hace poco que, a Quirino nada le impide inscribir su candidatura a un cargo electivo.

Lo alarmante de este relato, denominado “Quirino” es que, a pesar de permanecer poco más de nueve años en una prisión estadounidense, luego que fuera extraditado por encabezar la banda más peligrosa del narcotráfico en el país en los últimos años, hoy en esa provincia fronteriza se le espere como a Jesucristo el salvador.

Es lastimoso ver y escuchar las alabanzas que hacen personas que residen allí para referirse al Don. Esto puede ser un parámetro que nos indique hacia dónde vamos como sociedad, y nos invita a analizarlos seriamente. ¡Revisémonos!