A esta edad, habiendo arribado el pasado cinco de marzo a mis bermejos 84 años de vida, que no es pajita de coco, y compartido felizmente con mi familia y varios de mis dilectos amigos que me acompañaron en esa ocasión, se me ocurrió la peregrina idea de compartir con ustedes, mis amables lectores, como también con buena parte de personas que sin o apanas conocerme, las que igualmente apreciadas, se muestran interesadas en seguir mis pasos y fijan su atención en esta columna para conocer y evaluar mis escritos que esta vez pretende revivir un pasado que nunca muere ni se olvida, haciendo acopio en este breve relato que no tiene otra pretensión que no sea vivir de nuevo aquel ensueño, momentos inolvidables cuando el encanto del bolero, de la canción, de la música comienza a penetrar por los poros, los oídos y llega hasta el corazón entusiasmado, tocando sus puertas como si esos imborrables momentos de placer que aún perduran en el fondo de nuestras almas desearan ser compartidos con el pueblo haciéndolos revivir en pocas palabras, tal como fueron vividos por tantos otros que de seguro guardan celosamente en su memoria aquellos inolvidables tiempos que nunca le han dado paso al olvidado y que, con frenética ambición, esperamos podamos enriquecer trayendo a nuestra memoria esos lejanos días cuando la vida era otra y nos sonreía pidiendo firmas y grabando recuerdos de esas exquisitas personalidades que nos brindaron dicha y felicidad, no dejando escapar de nuestras vidas esos lindos y lejanos tiempos que nos dio la vida misma para disfrutarla y compartirla siendo nosotros mismos, sin saberlo, parte de la historia.

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La Era de Trujillo. Cada año, llegando la fecha de aniversario de la que fuera La Voz del Yuna”, posteriormente engalanada con el nombre de “La Voz Dominicana” habiendo sido trasladada a la ciudad capital por su propietario José Arismendi Trujillo Molina, dando comienzo con bombos y platillos a la celebración de una pomposa “Semana Aniversario” un lujo sin igual, derroche de alegría y emociones siendo para ese magnifico festejo contratados lo que puede catalogarse como los mejores y más reconocidos cantantes y artistas de fama internacional de diversos países, principalmente de México, entre otros, Néstor Mesta Chaires, Maria Luisa Landín, Fernando Fernández, Tin Tan y Marcelo, Maria Victoria, Olga Guillot, además Leo Marini, Hugo del Carril, Chucho Avellanes, Yolanda Montes, Tongolele, Rosita Quintana, Amalia Mendoza (LaTariaculi), Daniel Rio Lobos, Demetrio González y pare usted de contar. Como también no fue menos faustuoso el elenco de aquellos inmejorables cantantes de nuestro suelo, entre los cuales vienen a nuestra mente: Elenita Santos, Fellita Cabrera, Casandra Damirón, Lita Sánchez, Fellita Puello Cerón, Guarionex Aquino, Jesús Faineyte, Lope Balaguer, Fernando Casado, y tantos otros de grata recordación. Todos ellos de grata recordación, como si fuera ayer.
Recordar es vivir.