BRASILIA (AFP).- El Supremo Tribunal Federal (STF) se hizo eco de una fuerte presión popular e invalidó ayer, martes, el aumento salarial de 91% que los parlamentarios brasileños se otorgaron a sí mismos.

El STF acogió dos recursos presentados contra el aumento y determinó que cualquier ajuste debe ser votado por los plenarios de ambas cámaras legislativas, y no solamente por sus mesas directoras, como ocurrió en este caso.

El STF rechazó además el argumento de que los aumentos buscan equiparar los ingresos de los diputados y senadores con los de los máximos magistrados del país, pues la equiparación superaría ese techo, a causa de los beneficios suplementarios de los que gozan los legisladores.

Analistas decían tras la decisión judicial que el Congreso podría buscar ahora una salida honorable, para evitar un desgaste mayor después de una legislatura marcada por graves escándalos que golpearon a bancadas tanto aliadas como oficialistas.

Sindicatos, iglesias y grupos estudiantiles llamaron a los ciudadanos a expresar su repudio, con mensajes electrónicos, protestas públicas y acciones judiciales. El martes por la mañana, grupos de estudiantes paralizaron el tránsito en la Explanada de los Ministerios de la capital brasileña, y en la zona industrial de Sao Pablo el sindicato de los Metalúrgicos lanzó octavillas contra el salariazo.

El aumento llevaba el salario de los 513 diputados y los 81 senadores federales de 12.800 a 24.500 reales (unos 11.450 dólares), pagado 15 veces al año, a los que deben sumarse 50.000 reales para gastos y secretarios, 3.000 para vivienda y 4.000 para correos y teléfonos. Los legisladores también reciben cuatro billetes de ida y vuelta a su estado por mes.