Revoloteando encuestas y modelos por Leonel

Revoloteando encuestas y modelos por Leonel

El presidente Leonel Fernández, en evento celebrado en FUNGLODE, insinuó la búsqueda de un modelo que supere al neoliberalismo y neopopulismo, obviando los que de modelo tuvo lo experimentado por el reformismo socialcristiano en el país.

Quién sabe si ello se deba al tercer lugar ocupado por el PRSC en encuestas, aunque no debería importar, puesto que hace un año Hipólito Mejía ocupaba un posicionamiento peor al que tiene el reformismo y hoy encabeza las encuestas. Faltando un año para los comicios, la lección debe ser aprendida por reformistas.

Las encuestas son retratos de realidades que pueden cambiarse mediante diligencias sintonizadas con aspiraciones populares entre las cuales se encuentran  la capacidad demostrada para implementar modelos provechosos para el bienestar colectivo.

Mejorar el posicionamiento reformista requiere asumir, practicar, exaltar y pregonar el modelo aplicado cuando se gobernó. Con ello pudiera contribuirse, además, a superar la inquietud del mandatario.

Sobre todo cuando se tiene aval experimentado para encarar preocupaciones fundamentales de la nación, como  indisciplina fiscal y endeudamiento, contrario a  la austeridad y ahorro interno practicados durante administraciones reformistas.

Bastaría recordar que con disciplina fiscal se redujo la deuda pública de un 67% del PIB existente en 1986 al 22% para 1996, endeudamientos que tienden a aumentar cada día mediante préstamos, títulos y bonos hasta poner en duda su validez constitucional por violar la previsión de su Art. 233 que limita el endeudamiento público  a “la capacidad de pago del Estado”, no a su relación con el PBI.

Recordar también que sin endeudamientos la producción nacional fue apoyada con leyes  incentivadoras hasta lograr que las balanzas comercial y de pagos fueran de 6 y 24 veces más equilibradas, respectivamente, cuando el reformismo cesó en 1996 que al cerrar 2010, como consecuencia de endeudamientos e inversiones externas procuradas para balancear los desajustes económicos.

Producción apoyada, además, por infraestructuras, lo que no se puede hacer ahora por carecer de recursos propios para levantarlas, al superar los gastos corrientes y amortización de deudas las recaudaciones – en RD$1,500 millones durante los primeros meses del 2011. Tampoco se puede invertir en infraestructura para satisfacer necesidades sociales ni generar puestos de trabajo mediante construcciones empleadoras de mano  de obra.

Recordar además que al fomentar la producción y construir así, se combatía la pobreza con generación de puestos de trabajo por el sector privado, haciendo menos necesario burocracia y subsidios absorbentes de ingresos fiscales.

Ponderar el modelo reformista pudiera cambiar  posicionamientos en encuestas, ayudar a encontrar el modelo buscado, y ojalá implementarlo, temprana o tardíamente, en beneficio de nuestra nación, su economía y población.

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