En un ingente y denodado esfuerzo por mantener viva la trascendencia de la memoria histórica de la Revolución del 24 de abril de 1965, la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, que dirige Juan Pablo Uribe, y la agrupación de excombatientes constitucionalistas conmemoraron el 58 aniversario de esa gesta gloriosa.

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El solemne monumento del Panteón Nacional sirvió de épico escenario para rendir tributo de reconocimiento a los héroes Rafael Fernández Domínguez, quien se inmoló en el asalto al Palacio Nacional, y Francisco Alberto Caamaño Deñó, líderes militares de la insurrección popular, convertida en guerra patria, a raíz de la segunda intervención norteamericana. Es triste y doloroso tener que admitir que de un tiempo a esta parte ese singular acontecimiento que estremeció los cimientos nacionales y del mundo está siendo soslayado por las presentes generaciones.