Revolución democrática e institucional

Revolución democrática e institucional

MELVIN MATTHEWS
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El flamante presidente del Senado, Reynaldo Pared Pérez, abordó dos cuestiones consideradas clave durante el breve discurso que pronunció en la instalación del nuevo Congreso, el pasado 16 de agosto. Primero, esbozó una agenda legislativa coherente al interés del Presidente Leonel Fernández y, segundo, definió la ética laboral que deberán observar los legisladores de la Cámara Alta, controlada por el oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en el interregno 2006-2010.

Entre las prioridades, Pared Pérez mencionó la reforma constitucional propuesta por el Jefe del Estado, una nueva legislación electoral que abarcará a los partidos políticos, un novedoso Código de Comercio, leyes relativas al acuerdo vigente con el FMI y la ejecución del tratado de libre comercio con Estados Unidos y Centroamérica, conocido por sus siglas en inglés DR-CAFTA. Dada la jerarquía senatorial que ostenta, Pared Pérez ocupa, por ende, la presidencia de la Asamblea Nacional, el supremo órgano legislativo a través del cual es posible modificar la Carta Magna.

Respecto a la ética de trabajo de los congresistas del PLD, Pared Pérez reivindicó el paradigma boschista, según el cual el accionar de los peledeístas deberá guardar consonancia a las enseñanzas y trayectoria de hombre incuestionable que el ex Presidente Juan Bosch, fundador de la organización morada, legó al país. Agregó que la memoria de su líder los llevará a impulsar lo que definió como “revolución democrática e institucional” que tanto él añoró.

Esta última parte, enmarcada dentro de la sobria conmemoración de la gesta restauradora, sugiere la elaboración de proyectos que impulsarán el paso de una sociedad regida por normas tradicionales y religiosas,

poseedoras de estructuras sociales y políticas jerárquicas y rígidas, y con escasa movilidad social, hacia otra regida por normas racionales, con alta movilidad horizontal y vertical, unido a amplios espacios de participación, donde, por ejemplo, se despenalizará el aborto y se entronizará la enseñanza laica, la eterna preocupación social del Bosch biógrafo y seguidor de Eugenio María de Hostos, propulsor del laicismo en el continente americano.

Pero, agenda legislativa y ética laboral aparte, Pared Pérez eludió referirse a la representación, que es la función esencial que comparten congresos y parlamentos, un aspecto atrasado en la República Dominicana y que ha prohijado la corrupción y el enriquecimiento individual de los legisladores a expensas del abandono de sus respectivas comunidades.

Congresos y parlamentos existen, entre otras razones, porque las naciones titulares de la soberanía tienen que delegarla en alguna forma para que el trabajo legislativo pueda realizarse con eficacia, delegación que se verifica en las elecciones congresuales y municipales como las recientes.

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