El poder mediático con que cuenta el gobierno del PLD en todo el aparato del Estado es tan soberbio y avasallante que obnubila y manipula, algunas veces, hasta al más hábil, inteligente y astuto ciudadano del patio.
La publicidad es abrumadora, extremadamente exagerada. El presidente de la República va a todas las inauguraciones de planteles escolares; aunque la escuela sea de dos aulas y esté ubicada en un lugar extremo del país, pudiendo hacerlo el ministro de educación. Lo prefiere así el presidente medina, primero por la presencia masiva de los medios y segundo para recibir loas, alabanzas y lisonjas, junto a un coro de compañeros del partido, con empleos, botellas, bonos educativos, de luz, gas o cualquier otro beneficio que le haya caído del gobierno, dirigiéndose al mandatario como a un ser divino o todopoderoso.
La revolución educativa es un mito, una farsa, una mentira, una fábula y una utopía vana. La estructura, el guion, la estrategia y el montaje con que se promueve, difunde y expande a gran velocidad y con la más alta tecnología del marketing moderno, la revolución educativa desde el Ministerio de Educación es la estrategia utilizada por los gurúes peledeístas y que están detrás del telón para convencer y persuadir al pueblo de que es cierta, real y palpable dicha revolución educativa.
¿Cómo puede hablarse de revolución educativa bloqueando a casi cuatro mil maestros y maestras, sacándolos de nómina y cancelándolos porque no son de su partido, creando además nóminas y nominillas de personas haciéndolas pasar por maestros, bajo pretexto meramente electoralista y reeleccionista?
La maestra Rosalba Ureña de Licey Al Medio, que fue una de las canceladas, se suicidó, pues con tres meses de licencia por enfermedad tuvo que volver a las aulas, pero tampoco le pagaban porque la tenían en la lista negra de los bloqueados; su impotencia fue tal que decidió quitarse la vida. ¿Eso es revolución educativa?
La revolución educativa continúa en la mente del gobierno, pero con muchas escuelas en construcción paralizadas o inconclusas; con muchos ingenieros y arquitectos desesperados por falta de pagos de cubicaciones atrasadas y abrumados por las deudas contraídas en la banca local.
La conquista del 4% para el Ministerio de Educación fue resultado de intensas movilizaciones, protestas, marchas y una muy variada mezcla de lucha del pueblo a favor de ese noble objetivo. El presidente Medina ha tomado el 4% para sus propósitos politiqueros y reeleccionistas, no así para reformas estructurales en el sistema educativo que eficienticen las capacidades de las instituciones y sus servidores.
Mientras se crean unas 200 comisiones de ética pública en las instituciones del Estado, mediante decreto 143-17, supuestamente para vigilar las acciones de los funcionarios y de las entidades públicas, vemos que la corrupción y la impunidad se desbordan como torrente proceloso y caudaloso.
La jornada de tanda extendida, aunque pareciera una buena iniciativa del Ministerio de Educación, arrastra con enormes debilidades y precariedades en su estructura operativa; tiempo ocioso que preocupa a maestros por la falta de talleres y talleristas, labores técnicas, deporte y acciones cívicas que puedan cubrir ese tiempo vacío después del horario normal. Los maestros de tanda extendida están con el grito al cielo, lucen tensos, nerviosos, preocupados, desaliñados y agotados con aulas de 40, 50 y hasta 60 estudiantes, y éstos haciendo el papel de padres, madres, tutores y por su puesto de docentes. Esa es la revolución educativa, niña bonita del gobierno peledeísta.
Queda evidenciado el clientelismo electoralista del MINERD en el informe de calidad del gasto educativo, elaborado por Acción Empresarial por la Educación (EDUCA), entre el período 2011-2015, priorizando la cantidad del personal educativo por encima del docente en un 78%; por ejemplo, entre los cargos que experimentaron mayor crecimiento durante ese período fueron: conserjes 52%, guardianes, serenos y policías en un 80%; secretarias y asistentes en un 89%; cocineros, auxiliares y archivistas en un 507%; estos nuevos empleados fueron contratados en su mayoría en el 2014.
Los últimos dos Ministros de Educación, Amarante Baret y Andrés Navarro, con el apoyo irrestricto del presidente de la República han tomado el Ministerio de Educación para hacerlo un botín y un comando de campañas electorales y de reelección poniendo en ejecución el ridículo plan clientelar en una de las instituciones más sagradas y que la autoridad debe proteger de toda acción vinculada a actos impropios, ilícitos y contrarios a la ética y la moral.
Todas estas acciones del gobierno marcadas por la falta de transparencia, responsabilidad y ética son la antítesis de lo que el gobierno llama olímpicamente revolución educativa; más bien sus acciones obedecen a su arraigado estilo clientelista de manejar los asuntos de Estado.