En su corta vida, tronchada a los 38 años por la funesta dictadura de Trujillo, fue de los jóvenes que mayor provecho sacó al tiempo convirtiéndose en precoz periodista, escritor, tipógrafo, impresor, socialista, activista de los derechos de obreros y campesinos.
Ramón Antonio Espinal Rosario, Van Elder, es el revolucionario sin sepultura conocida desde que esbirros al servicio del régimen lo asesinaron y desaparecieron en 1945 y aunque para borrar evidencias y evadir persecuciones la familia debió deshacerse de sus cartas, fotos, anotaciones, panfletos, el activo militante dejó una prole numerosa que ha podido reconstruir gran parte de su fructífera y ejemplar trayectoria. El único retrato que poseen es el que realizaron partiendo de referencias habladas.
A pesar de sus luchas, martirio y servicios a la sociedad, apenas tiene una calle menor en La Vega a cuya inauguración no asistió su viuda. En ningún otro lugar de la República se ha reconocido el heroísmo de Van Elder, o Ramoncito, como le llamaban.