Revoluciones fallidas, oligarquías, “postrevolucionarias”, adormecimiento ciudadano

Revoluciones fallidas, oligarquías, “postrevolucionarias”, adormecimiento ciudadano

Al Presidente Mujica le atribuyeron la expresión de México como Estado fallido ante las terribles evidencias de narco-infiltración en estamentos del poder que rodean los sucesos de Ayotzinapa, donde más de medio centenar de estudiantes han muerto o desaparecido. Al tratarse de la nación que acunó una de las revoluciones más trascendentales de la historia, testimoniada por el millón de vidas cobradas y por la primera Constitución del mundo en reconocer garantías sociales; debe discurrirse en qué medida lo fallido es atribuible a degradaciones sufridas por la revolución culminando en oligarquías postrevolucionarias.

No es desde ahora que se vienen patentizando ideas asociadas a condiciones fallidas del Estado Mexicano por sus relaciones con la consolidación de una oligarquía caracterizada por vínculos entre empresarios, partidos y gobiernos (verhttp://armandosuazo.blogspot.com/

Adicionalmente a esta consolidación de oligarquías preexistentes han surgido nuevas vinculadas al tráfico de ilegalidades. En el Estado de Guerrero, al que pertenece Ayotizanapa, operan 26 carteles, cinco de ellos “megacarteles”, conectados con incumbentes del poder, entre ellos el alcalde de Iguala, capital del Estado.

Pero no solo ha sido México donde una revolución ha terminado contrariando sus propósitos iniciales. La más eximia de las revoluciones, la francesa, destronó la monarquía de Luis XVI para restablecer en 15 años a Napoleón como emperador para establecer otra controlados por oligarquías contrarias, aunque no siempre han resultado perjudicial para las naciones si logran liberarse de contaminación de ilegalidades y corrupción.

La experiencia postrevolucionaria de la URSS así lo demuestra. Rusia es hoy tan imponente en el ordenamiento mundial como cuando lideraba el bloque separado por la cortina de hierro. La llamada izquierda latinoamericana, más populista que revolucionaria, ha alcanzado más resultados tangibles por vía democrática que por sus alzamientos armados o acciones terroristas, siendo Mujica ejemplo viviente de ello.

Por eso nadie más calificado que el Presidente Mujica para poner sobre el tapete lo fallido en los procesos revolucionarios. Por sus antecedentes y por su autenticidad como gobernante democrático después de experimentar el camino que abrazó durante los 60s con los Tupamaros.

Otras naciones han sufrido después de procesos revolucionarios. Yugoslavia unificada bajo inspiración comunista y conducción del mariscal Tito en el marco de la II Guerra Mundial, terminó desintegrada, fraccionándose en 8 repúblicas y provincias autónomas.

Los dominicanos no dejamos de ser muestra de revoluciones que terminan provocando resultados contrapuestos. No obstante nuestra vocación revolucionaria cuya más reciente expresión partió en los 60s, hoy sufrimos una mayor concentración de la riqueza consecuencia del restablecimiento de oligarquías tradicionales asociadas al surgimiento de nuevas vinculadas al poder político, tráfico de ilegalidades y corrupción.

Con el agravante de haber provocado el adormecimiento de la conciencia ciudadana al ser defraudados por partidos y líderes que promovieron ideales y valores morales contradichos con su inadecuado ejercicio del poder.

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