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MADRID (AFP).- El rey Juan Carlos I abogó el jueves por preservar el «espíritu integrador» de la Constitución de 1978, días después que el Parlamento del País Vasco aprobó un plan soberanista impulsado por los nacionalistas moderados.
El denominado «Plan Ibarretxe», propicia la libre asociación del País Vasco al Estado español.
«Sigamos trabajando juntos todos los españoles para construir una España cada día mejor, desde el pleno respeto a nuestra Constitución, preservando su espíritu integrador», afirmó el soberano español durante un acto con motivo de la Pascua Militar en presencia de la cúpula militar, el presidente del gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, y los ministros de Defensa, José Bono, e Interior, José Antonio Alonso.
Las palabras del monarca -que en sus alocuciones suele referirse al «preciado consenso» en que se basa la Carta Magna española-, tuvieron este jueves un eco particular porque intervienen 15 días después de que la cámara del País Vasco (norte) aprobara el «Plan Ibarretxe», que para sorpresa de la clase política contó con tres votos del bloque Sozialista Abertzaleak (SA) que reemplazó al de la ilegalizada Batasuna.
Batasuna fue declarada ilegal en marzo de 2003 por el Tribunal Supremo por considerarla brazo político de ETA.
El »Plan Ibarretxe», que lleva el apellido del jefe del gobierno regional vasco, el lehendakari Juan José Ibarretxe, quiere reemplazar al estatuto de autonomía vigente según la actual Constitución. Será sometido a referéndum en el País Vasco tras las elecciones autonómicas de mayo, pero antes, será votado y seguramente rechazado, en las Cortes generales en Madrid.
Durante el acto de este jueves celebrado en el Palacio Real, el rey Juan Carlos, uno de los artífices de la transición española hacia la democracia tras la muerte del ex dictador Francisco Franco en 1975, destacó los valores de la Carta Magna, a la cual «debemos muchos años de armónica convivencia, de envidiable modernización y de avanzada articulación territorial».
«Una Constitución de incalculable valor para que España siga progresando unida, en democracia y libertad», afirmó el soberano español durante el acto al que también asistieron la reina Sofía y los Príncipes de Asturias.
Antes de que hablara el rey, el ministro de Defensa, José Bono, fue más allá del ya conocido rechazo del gobierno y del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) al «Plan Ibarretxe», al afirmar que «ningún territorio podrá tener proyectos que rompan la voluntad soberana» de los españoles.
«Lo que cuenta es la España de la Constitución», sostuvo Bono, cuyas palabras fueron aplaudidas por el opositor Partido Popular (PP, derecha).
El «Plan Ibarretxe» otorga más competencias al País Vasco -que junto a Cataluña cuentan con una autonomía bastante amplia-, en seguridad social, fiscalidad y justicia, e introduce la nacionalidad vasca.
«El »Plan Ibarretxe no va a prosperar» porque «no respeta principios esenciales de la Constitución», afirmó el lunes Zapatero, que el 13 de enero recibirá al jefe del gobierno vasco en La Moncloa.
En los próximos días, el plan impulsado por el Partido Nacionalista Vasco (PNV, moderado, opuesto a la violencia de ETA y en el poder regional desde 1980), será enviado al Congreso de los Diputados en Madrid, donde podría ser sometido a votación a mediados de febrero.
Sólo algunos partidos regionalistas como el Bloque Nacionalista Galego (BNG) o Esquerra Republicana de Catalunya (ERC, independentistas catalanes) expresaron su apoyo al plan soberanista vasco.
Según una encuesta difundida la semana pasada por la Universidad del País Vasco, el 36% de los vascos afirman que Ibarretxe debe seguir adelante, el 34% pide que negocie su plan con el gobierno central y el 18% reclama que lo retire.
