“Documento Rey del Mundo” fue un entrañable personaje de mi pueblo. Debajo del brazo cargaba un enorme fajo de papeles y cartapacios  mugrientos y dislocados.

Reinaba y daba órdenes al mundo entero desde   su gobierno universal con cede en un banco del parque central de Puerto Plata.

En una ocasión lo coronaron en el escenario del Teatro Rex  frente a un teatro repleto de compueblanos burlones.

 Enajenado como andaba, ese día fue en extremo feliz. La burla y la pantomima de esa noche las convirtió en  reverencia desde su trastocada imaginación.

He recordado a “Documento Rey del Mundo”, perdónenme los afectados, al ver la fotografía de los presidentes latinoamericanos posando debajo de la estatua ecuestre de Simón Bolívar en Caracas.

 Entre ellos, el nuestro, que anda de foro en foro sin que nadie sepa de dónde viene ni a dónde va. Mucho menos a dónde quiere llegar.

Cuál es el proyecto del presidente. Tenemos el derecho a saber el  alcance de su misión- activa desde el Mediterráneo hasta Cabo de Hornos – que costea espléndidamente uno de los pueblos más pobres, insalubre y mal educado de occidente.

El contenido de sus disertaciones carece de originalidad, con excepción de las propuestas panamericanas de intermediación en la paz de medio oriente.

Allí donde las potencias no han podido, podrán los desprestigiados líderes latinoamericanos.

El asunto es preocupante y hasta quizás, no quisiera que así fuera, documentoreymundístico.

Volvamos a la fotografía. Fijémonos bien en cada uno de los allí presentes y el resultado de sus gobiernos. No oigamos las pendejadas que hablan.

Estudiemos los números y las realidades sociales de la mayoría de esos países y, salvadas las gloriosas excepciones, veremos que son los representantes de políticas y gobiernos fracasados. (No los menciono por aquello de las quinientas palabras.)Entonces, la  propuesta  grandilocuentes de la CELAC comprometiéndose a  “combatir la pobreza y proteger sus economías de la crisis económica global”, en vista de que hasta ahora solo tres o cuatro de ellos han podido considerarse combatientes de la pobreza y protectores creíbles de sus naciones, debería considerarse delirante. ¿O es que hay prueba de lo contrario?

La retórica anti imperialista suena a teatro viejo y la gritan los que enriquecen sus cúpulas y se devuelven al modelo capitalista. Insisten en  desarrollar riquezas los que  viven de chuparse el petróleo del subsuelo porque han sido incapaces de crearle verdaderos trabajos a sus masas  expectantes alimentadas con dádivas y palabras.Si nuestro presidente pretende ser un líder mundial y la CELAC gobernar a Hispanoamérica estamos- ¡y que siga la desgracia!- ante peligrosos  demagogos y personajes que vuelan por encima de la realidad, construyéndose reinados y glorias a expensas de sus vasallos. En cuanto a lo que a nosotros se refiere, el presidente tiene que aclararnos el verdadero motivo y los resultados, si es que lo hay, de su ir y venir por el mundo.

 De lo contrario, lo podrían confundir, y no se lo merece, con “Documento Rey del Mundo”.