Cuando una persona se destaca en la sociedad, sin importar la rama, y viene de una familia con valores y principios, difícilmente falle.
Para que eso suceda tiene que haber un papá y una mamá. Muchas veces, las madres hacen el doble papel, pero eso no es justo.
Hoy, en la República Dominicana celebra el Día de los Padres.
La sección deportiva escogió a un padre ejemplar, abnegado para hablar en su día.
Don Reyes Cabral. Es el padre de Milagros Cabral, capitana de la Selección Nacional de Voleibol, y que tantos logros ha dado al país a través del voleibol.
Hombre orgulloso. Al conversar con don Reyes Cabral, hombre de poco hablar, pero cuando lo hace es con firmeza, sobre lo que ha significado el trabajo de su hija, Milagros en voleibol, no pudo esconder su alegría y emoción.
Esa es una de mis princesas, es tremenda hija y se ha destacado en el deporte, narra don Reyes.
Expone que lo que más le emociona de verla defender la bandera dominicana en playas extranjeras.
No encuentro palabras para describir esos momentos que ella me ha regalado junto sus compañeras cuando ganan una medalla de oro y hacen subir la bandera en la cancha con el canto patrio, dice con placer.
Indica que Milagros es una joven muy respetuosa, hizo sus estudios de bachillerato, le ha dedicado todo el tiempo al voleibol y los frutos no pueden ser mejores. Me gusta verla jugar, dice don Reyes.
Antecedentes
Una atleta olímpica
La atacante de Santo Domingo, Cabral brilló en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 cuando Dominicana venció a Estados Unidos. Tuvo una actuación descollante. Nutrió de veintiún puntos a su conjunto y lideró el estímulo moral que facilitó la tarea de equipo. Nada que envidiar a emblemas como Prikeba Phipps, Danielle Scott o Tara Cross Battle, bases del conjunto estadounidense. Es que Milagros ha sabido asumir la representación del punto intermedio entre la generación de antaño y el nuevo brillo que despunta del voleibol femenino. El año pasado ayudó al país a ganar cuatro medallas de oro en distintos eventos.
Zoom
Respaldo total
Sostiene que desde que Milagros dijo que le gustaba el voleibol, la familia le dio su apoyo total. Ella es muy entregada a su trabajo, no come cuento con los horarios, y siempre quiere dar el mil por ciento, enfatiza don Reyes Cabral. Narra que Dios lo ha premiado con los hijos que le ha dado junto a doña Juana Francisca. Son Nicolás, Franklin, Santa, José, Reyes, Milagros y Daniel. Dice que cuando Cabral sale del país siempre llama a sus padres, todos los días y eso lo hace feliz.